Gestionar la expulsión de un alumno del aula no es sencillo. Creo que el docente que se ve abocado a tomar esta difícil decisión siente como una parte de su ideario se desmorona. Desgraciadamente, a veces nos vemos en la obligación y el deber de expulsar a nuestros estudiantes. Por eso, el punto de partida siempre debe ser la prevención de una actuación como la expulsión del aula.
En mi carrera como docente de Secundaria han sido contadas las ocasiones en las que he tenido que expulsar a un alumno. Muchas veces me he preguntado por qué expulso tan poco a mis alumnos del aula, y creo que la respuesta la tiene la palabra EMPATÍA. Trabajar la Empatía desde el primer día de clase creo que ayuda y mucho a prevenir las expulsiones. Para saber más sobre la Empatía os recomiendo la lectura del artículo 5 consejos para aumentar la Empatía con tus alumnos.
¿Cómo debemos actuar ante la expulsión de un alumno de clase?
La expulsión de un alumno de clase debe partir siempre de la transgresión de alguna de las normas marcadas por el centro educativo a través de su Reglamento de Régimen Interno (RRI) . Este aspecto es determinante porque evita la arbitrariedad de la expulsión por parte del docente. Si os veis en la obligación de expulsar a uno de vuestros alumnos de clase, estos son algunos consejos que os pueden ser útiles:
Claridad en el mensaje. Al alumno en cuestión le tiene que quedar muy claro que queda excluido del grupo. El mensaje debe ser directo, claro, conciso y contener la palabra expulsión. Os recomiendo que os dirijáis directamente hacia el alumno y se lo digáis manteniendo en todo momento el contacto visual. Podéis decirle algo así como Estás expulsado del aula por no resperar las normas del centro.
La expulsión se notifica, no se discute. Es fundamental que al expulsar a un alumno del grupo, lo hagáis notificándoselo. En ningún caso debéis argumentar en el aula la expulsión. El alumno, una vez haya salido del aula, tendrá la oportunidad de dar su explicación por escrito. Lo mismo hará el profesor que expulse al alumno.
No alzar la voz. Os recomiendo que no alcéis nunca la voz más de lo que lo hacéis en una sesión lectiva. Si mantenéis un tono natural a la hora de notificar la expulsión, tendréis muchas más posibilidades de que el alumno no quiera cuestionarla. El alumno buscará la confrontación y sólo debe encontrar naturalidad en vuestra voz y en vuestros gestos.
Mochila y deberes. Al haberle notificado con un tono natural que está expulsado por haber infringido alguna de las normas del centro, no debéis permitir que se vaya del aula sin la mochila y sin alguna tarea que realizar. Cuando el alumno abandona el aula, suele ir a una sala de guardia donde le espera alguno de nuestros compañeros. Este compañero no tiene por qué gestionar el tiempo y las actividades del alumno que nosotros habremos expulsado. Por tanto, el alumno anotará en su agenda o cuaderno algún tipo de actividad que nosotros le indicaremos, para que la realice en la sala de guardia hasta la finalización de la sesión lectiva.
Acompañamiento hasta la puerta. Una vez el alumno expulsado tiene las actividades apuntadas, es el momento de que se levante y se dirija a la puerta. Yo os recomiendo que lo acompañéis hasta la puerta, porque reforzáis mediante el lenguaje no verbal que el alumno no puede continuar en el aula. Durante el tiempo que el alumno se dirige a la puerta, es importante mantener el silencio. Dejad que sea vuestro cuerpo y vuestra actitud corporal las que hablen por vosotros.
No gritar una expulsión. En ocasiones podemos perder los estribos y expulsar a un alumno a gritos. Primer error. Normalmente el estado de nerviosismo se apodera de nuestra forma de hablar y muchas veces solemos tartamudear o tenemos un discurso con muchas incorrecciones, balbuceos… Lo negativo de esto es que provoca un efecto en el resto de alumnos que hace que muchos de ellos no puedan contener la risa. Esto puede provocar que expulsemos a los que se ríen. Segundo error. Os aseguro que en este momento nuestra autoridad se verá claramente dañada.
El docente es el protagonista. No debéis olvidar nunca que el protagonista de una expulsión no es nunca el alumno expulsado, sino el profesor que expulsa. Es un aspecto que no debemos descuidar porque también supone una pérdida importante de autoridad en el aula.
La expulsión no se acaba con la expulsión. ¿A qué me refiero con esto? Para mí es uno de los aspectos clave. Nunca debemos pensar que la expulsión de un alumno de clase termina con el alumno cerrando la puerta del aula. Cuando finalizamos la sesión lectiva o en alguno de los momentos libres que nos proporcione la jornada de trabajo, debemos dar nuestra versión del porqué hemos tomado la decisión de expulsar a dicho alumno. Si antes hablaba del compañero de guardia, en este caso habría que hablar de la figura del tutor y la del jefe de estudios. Al tutor le tiene que llegar con la mayor celeridad posible las dos versionesde la expulsión y luego deberá decidir el tipo de sanción con el jefe de estudios.
Hablar con el alumno expulsado. Otra de las recomendaciones que os doy es que fuera de la clase, a solas y en privado habléis con el alumno expulsado. Es un momento realmente fundamental para trabajar la Empatía. Puede ser un buen momento para comentar la expulsión, para mostrarnos interesados por el alumno, para demostrarle que realmente nos importa. A este tiempo que le dedicáis a este alumno yo le llamo TIEMPO INVERTIDO. Nunca es una pérdida de tiempo hablar con un alumno, todo lo contrario, es una INVERSIÓN de tiempo.
¿Qué hacer si un alumno se niega a salir del aula después de notificarle la expulsión del aula?
En algunas ocasiones os podríais encontrar con que un alumno se niegue a abandonar el aula por el motivo que sea. Si es así os recomiendo el siguiente protocolo:
- No notifiquéis la expulsión al alumno más de dos veces.
- Si a la segunda vez se niega a salir, mantene d la calma, no levantéis el tono de voz e intentad hablar lo mínimo posible.
- Llamad al delegado o subdelegado del grupo y decidle que vaya a buscar al miembro del equipo directivo que en ese momento esté de guardia.
- Nunca salgáis del aula en caso de que el alumno se niegue a aceptar la expulsión.
- En el transcurso de tiempo que el delegado o subdelegado va a buscar a un miembro del equipo directivo, os recomiendo que os pongáis en el centro delante de todos los alumnos y mantengáis en todo momento el contacto visual con ellos. No habléis, que sea vuestra actitud postural la que hable por vosotros. Mantened el semblante serio, la cabeza bien alta y ya veréis como el resto de compañeros mantendr á el silencio.
- Una vez llegue el miembro del equipo directivo al aula, nunca expliquéis el motivo de la expulsión. Simplemente haced que este miembro de la directiva le ratifique la expulsión y le invite a abandonar el aula.
Si aún así el alumno se resiste a abandonar el grupo, debéis hacer lo siguiente:
- El miembro del equipo directivo abandonará el aula.
- El profesor seguirá con las explicaciones intentando dar la clase con la mayor naturalidad posible hasta que finalice la sesión lectiva.
- Durante el tiempo que dure el resto de la sesión lectiva, el miembro del equipo directivo notificará por teléfono lo sucedido a los padres o tutores del alumno, les hará venir y hará que se lo lleven a su casa hasta que el director decida qué sanción imponerle en función de Reglamento de Régimen Interno del Centro.
- Si aún así continuara sin querer abandonar el aula y como último recurso, el director del centro se pondría en contacto con el Policía Tutor que acudiría al centro para gestionar el conflicto ocasionado.
Acabo este artículo sobre la expulsión de un alumno de clase con mal cuerpo. Creo que una expulsión nunca es plato de buen gusto. Por ello siempre recomiendo hacer un buen uso y no un abuso, porque nuestra autoridad se verá claramente dañada. Y no olvidéis que la Empatía es el mayor enemigo de la expulsión.
Espero que este artículo os haya sido de utilidad.
Dibujo extraído del Banco de Imágenes de Cenice
ma guadalupe says
fue de gran ayuda este tema
smoll73 says
Gracias Guadalupe. Es un tema delicado que a nadie le gusta. ¡Un afectuoso saludo!
David says
Este mensaje va para aquel q sea profesor:
Aprender a hacer vuestro trabajo en vez de escribir una guía de como echar a un alumno de clase.
efurom1 says
Lo más fácil es siempre hacer un comentario halagüeño. Pero me parece más interesante debatir algunos puntos. Por ejemplo:
1.»En ningún caso debéis argumentar en el aula la expulsión»,
2. «el docente es el protagonista».
Un saludo: Emilio
smoll73 says
Gracias por tu comentario. Aquí estamos todos para sumar. Un saludo
efruom1 says
”En ningún caso debéis argumentar en el aula la expulsión”: Cuando yo era alumno, el maestro tenía toda la autoridad en la clase, incluida la física.
Ahora, el profesor ha perdido toda autoridad (la física, la primera) y debe ganarse cada día una autoridad moral con sus [email protected].
Desde luego, esa autoridad no la obtiene, digamos, explicando la tipología de rocas metamórficas. Pero sí puede ganarla en esa(s) argumentación de la expulsión(es).
smoll73 says
Gracias por su comentario. Entiendo que vea la necesidad de argumentar la expulsión con el alumno, pero el enunciado: Estas expulsado por incumplir una de las normas del centro, ya es de por sí una argumentación.
Valoro enormemente comentarios como el suyo porque no hacen otra cosa que mejorar el blog.
Un saludo.
efurom1 says
No voy a defender que haya que argumentar en el 100% de los casos. En este sentido, el profesor también debe saber discriminar cuando hay que aplicar p. ej. el artículo 3.1.a. del RRI.
Las reglas son muchas veces «discutibles», sobre todo, como sabes bien, referente a los móviles y/o a la indumentaria (chanclas, etc.)
Particularmente, y esto te lo digo para conocer tu opinión, no dejaría entrar al Centro a un alumn@ con los cascos puestos.
Y sin embargo, hay centros en los que los alumnso llegan hasta el interior del aula con ellos…
Alberto says
Hola buenos días mi hijo será expulsado por una riña que medidas devolución tomar
Bernardo Jesús Cuadrado Toledo says
No deberian de expulsarlos, eso es lo fácil y lo que un niñ@ puede buscar si esta pasando por problemas, la solución serían clases de refuerzos por las tardes, así más de un@ se lo pensaría, pero claro habrá que contratar más profesorado, así que el camino facil es la expulsión, mientras que un delincuente nunca Pisa la calle por delitos graves que dos alumnos se peleen es motivo para imponer la pena Escolar más restrictiva como es la expulsión, pero claro luego nos quejamos del fracaso escolar no?? Hay que abrir la mente y pensar que es lo que más le molesta a un alumno y os aseguro que nos es que lo expulsen, pues eso puede incluso utilizarlo para decir lo malote que es, y ya cuando se quiera dar cuenta y hacer bien las cosas ya será tarde, pues ira tan atraso en clase que le será imposible ponerse al nivel de sus compañeros
angelalopezcobos says
Hola,acabo de leer tan interesante artículo ,me pasa como a ti después de 30 años )lo he guardado y comentaré a mis compañeros.Gracias
smoll73 says
Muchas gracias. Lo cierto es que gestionar una expulsión de clase no es sencillo. Por eso vale la pena tener un protocolo previo. Un saludo y gracias de nuevo
Alberto says
Me parece muy interesante el artículo y da para muchos comentarios. Creo que cuando se transgrede una norma de envergadura del RRI justificar solo porque se ha incumplido es suficiente. Más explicaciones podrían dar lugar a un intercambio de opiniones del alumnado, y seguro que algunos apoyan al expulsado, que cuestionarían más la autoridad docente sumado a la pérdida de tiempo en las actividades E-A programadas. Es muy duro con esas edades adolescentes, cuando tienen rebeldía per se y además algunos vienen de situaciones familiares desfavorables. Cuando no es uno sino cinco alumnos los que sistemáticamente incumplen las normas del RRI la cosa es aún más complicada. Yo este año tuve un grupo en Plástica de 6º con 11 repetidores y de éstos 5 muy muy disruptivos .
Artemio says
la indisciplina se presenta cuando la clase es aburrida, o el profesor no ha preparado adecuadamente la sesión de clase, el profesor debe ser dinámico, generar siempre conflictos cognitivos para mantener alerta a los estudiantes, pasará la hora sin haberlo sentido.
smoll73 says
Totamente de acuerdo Artemio. Gracias por tu aportación.
mental64 says
Que guays y modernos sois todos, Tipico alumno coñazo que esta en dia insoportable ¿ Tenemos que hacer toda esa historia para mandarle a biblioteca o sala de guardia? teneis aceptado y somatizado que nuestra autoridad es minima, minima,minima y que para algo tan tonto como decirle a un alumno » sal un rato que te de el aire» hay que plantearse todas esas historias.
Que conste que como teoria y sobre el papel esta muy bonito y que muchas de las cosas que dice son verdad
smoll73 says
Muchas gracias por tu comentario y tu sinceridad.
Ignacio Granell says
En nuestro centro, llegado el punto de que el alumno no responde a la actuación del equipo directivo, solemos hacer que el grupo abandone el aula, dejándolo solo a él en el aula. Posiblemente es un lío para todos, pero la sensación temporal de «he ganado» cambia por la de «he medioperdido» (como explicabas antes en otro post sobre negociación).
Además de quedarse a solas con el miembro del equipo directivo, el profe puede seguir la clase (no sin la alteración, claro) y desarmamos el conflicto.
Que recuerde, no lo hemos tenido que hacer más de 2 veces en 4 años.
Aura Basto Albarracin says
hola… Que otra alternativa se puede utilizar cuando el estudiante no asume las normas..ya que en mi caso es prohibido gestionar la expulsión de un estudiante de la clase…
smoll73 says
Gracias Auria. Te insto a que entres en el blog y leas los artículos relacionados con la categoría de la resolución de conflictos. Creo que puedes sacar algunas pautas muy interesantes. Un cordial saludo 😉
Diego Franco says
Me pasa que tengo un estudiante problema, es desafiante irrespetuoso, tiene problemas de drogas y lo peor es que no es un adolescente, es una persona de 35 años
aclaro que estoy orientando un curso de técnico en sistemas
Jenny Velasco Mosquera says
Mi hija ha sido expulsada del colegio 5 dias por haberle gastado una broma a una compañera la cual consistiò en agregarla a un grupo de WhatsApp donde mi hija pedia que votaran a su compañera para un concurso de tv…me explican en el colegio que a raiz de esto la niña se ha sentido burlada porque ademas recibieron sus padres una llamada donde les decian que su hija era ganadora de un concurso de tv en castellon..aclaro que la llamada no consta que haya sido hecha por mi hija.Hoy me llaman del colegio a devolverme el dinero de la excursion porque mi hija no tiene derecho a ir a ninguna actividad estraescolar durante todo el año lectivo. A mi como madre no me han llamado en ningun momento a notificarme del insidente ocurrido..solo me han enviado el parte de la expulsion donde pone que ha sido por insultos por chat..ellos a mi no me han enseñado ninguna prueba donde se acuse a mi hija y yo como madre no se que hacer ante esta situacion..simplemente lo siento injusto por que aun no se en realidad lo que paso….tengo la version de mi hija y la version sin pruebas del colegio…gracias por la atencion prestada y agradeceria una tercera opinion .
Lya says
La indisciplina en el aula está muy relacionada con la gestión de la misma y las habilidades del docente para regular la dinámica del grupo-clase.
Cuando el alumnado se siente escuchado, se siente querido, comprendido y siente que es protagonista de su aprendizaje, este tipo de situaciones se reduce considerablemente, pero especialmente cuando desarrollas la empatía.
Me ha gustado muchísimo la exposición y la forma de resolución en el aula que expone Santiago en el caso de verse obligado a expulsar a un alumno del alula.
Solo me surge una duda: no sé a qué se refiere «el policía tutor» si pudieras aclararme esa figura.
Muchísimas gracias por todo el trabajo que realizas, sigo aprendiendo….
Ana says
Expulsar no es educar y muchos profesores deberían recibir clases de psicología ….