Hoy vengo a hablarte de la respuesta empática. El artículo de hoy me gustaría que llegara al mayor número de personas posible porque creo que aborda un aspecto fundamental desde el punto de vista de cualquier relación interpersonal. Se trata, concretamente, de cómo respondemos a las personas que nos hablan, qué tipo de respuestas les damos habitualmente. De hecho, me paro a pensar por un momento y creo que este artículo no lo escribo para ti, sino para mí. De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de la importancia que tiene responder a las personas de manera empática. Una manera de contestar que no hace más que acercarte al otro, que no hace más que establecer lazos de unión con las personas que quieres y que te importan. Te aseguro que llevar a la práctica la respuesta empática es más fácil de lo que crees. Si no, sigue leyendo y te lo enseñaré.
Imagen extraída de Shutterstock
¿Qué es la respuesta empática?
Debo confesar que desconozco si existe este término respuesta empática como tal. Lo cierto es que se me ocurrió mientras leía el extraordinario libro de Stephen R. Covey titulado [easyazon_link asin=»8449324947″ locale=»ES» new_window=»default» nofollow=»default» tag=»justifiture05-21″ add_to_cart=»default» cloaking=»default» localization=»default» popups=»default»]Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva[/easyazon_link]. En este libro Covey abordaba la expresión escucha empática. En su momento hice un artículo al respecto de este término bajo el título 5 Maneras de escuchar a tus alumnos. ¿Qué es la escucha empática? Debo reconocer que el término escucha empática no es un término fácil de definir, pero vendría a ser la escucha no de las palabras, sino del corazón.
Confieso que el término acuñado por Covey me fascinó desde el principio y es por ello que pensé que tal vez se podría desarrollar un poco más la idea de lo que se entiende por escucha empática. De ahí que se me ocurriera la expresión respuesta empática.
¿Qué entiendo por respuesta empática? Escucha empática y respuesta empática.
Para mí la respuesta empática tiene una parte mucho más activa que la escucha empática. La respuesta empática está pensada para responder con las palabras más que con el corazón. Es más, la respuesta empática tal y como lo veo es la escucha que genera un diálogo con la persona que tienes al lado y que tiene algo importante que decirte.
Muchas veces se comete el error de creer que una afirmación debe responderse con otra afirmación. Pues bien, la respuesta empática tal y como la planteo está enfocada más hacia las preguntas abiertas que no las sentencias cerradas. Este aspecto me parece fundamental porque implica un cambio muy significativo en la manera que tiene la gente de relacionarse.
Si he dicho anteriormente que la respuesta empática es eminentemente activa, es porque lo que pretende no es ser simpático con el otro, sino ser empático. Si quieres saber qué diferencia existe entre simpatía y empatía puedes hacerlo en el siguiente enlace. Esta diferencia me parece fundamental porque cuando quieres ser simpático simplemente das la razón al otro y acabas la comunicación. En cambio, si eres empático tu finalidad no es dar la razón al otro, tampoco consolarlo. Lo que hace la persona empática es abrir un diálogo y crear opciones. Si la escucha empática se basa más en los sentimientos, la respuesta empática se centra en generar opciones a través de preguntas abiertas. ¿Quieres aprender a elaborar preguntas abiertas? Puedes aprender a elaborar preguntas abiertas en el siguiente enlace.
Para que lo entiendas mejor he elaborado esta distinción entre:
- Sentencia (columna azul): Consiste en el enunciado que te hace una persona a ti. Este tipo de sentencia puede ser una preocupación, un problema, algo que le ha pasado, un acontecimiento importante…
- Falsa respuesta (columna roja): La falsa respuesta es la que debes evitar si quieres ser una persona empática. Si te fijas en la columna roja, podrás comprobar los siguientes rasgos:
- En todo momento hablas de ti y de lo que te pasa.
- Usas la primera persona (YO).
- No generas diálogo y, por tanto, no generas opciones.
- No preguntas, sino que respondes con tus propias sentencias. De hecho, podrías haber dicho lo que has dicho sin que la otra persona te hubiera hablado.
- No demuestras ningún interés por lo que te dice la otra persona.
- Quieres ser simpático, pero siendo simpático no te estás interesando en absoluto por la otra persona o, al menos, no lo demuestras.
- Respuesta empática (columna verde): La respuesta empática es la respuesta que genera opciones porque:
- Se basa en la generación de preguntas abiertas.
- Crea opciones.
- No busca la simpatía.
- No se centra en el problema, sino en posibles soluciones. Además, estas soluciones son compartidas.
- Demuestra interés hacia lo que le interesa a la otra persona (ejemplo de libros históricos).
- No ofrece consuelo. Ofrece opciones y en algunos casos ayuda de forma activa (tareas domésticas).
Como puedes observar en este recuadro, las falsas respuestas son algo habitual en muchos entornos. Basta que hagas la prueba en casa o en tu trabajo y te darás cuenta de que desgraciadamente es un tipo de respuesta abunda y mucho.
La respuesta empática. A modo de conclusión.
No quiero acabar este artículo que no sea confesando que me hacía mucha ilusión desarrollar esta idea en Justifica tu respuesta. Si has leído el artículo, te habrás dado cuenta de que ser una persona empática no requiere de ningún tipo de esfuerzo. Lo que requiere la empatía es tiempo, interés y dedicación hacia el otro. Creo que una de la cualidades que mejor nos define es la capacidad que tenemos de escuchar a los demás. Porque escuchando nos hacemos partícipes de las inquietudes, preocupaciones y anhelos de los demás. Así que espero que esta entrada te haya hecho reflexionar sobre cómo puedes empatizar con las personas y desde ahora mismo practiques con los tuyos, con los que tienes cada día a tu lado y que forman parte esencial de tu vida. Y cuando la practiques, no olvides regalarle a cada una de esas personas a quien quieres la mejor de tus sonrisas.
Aprovecho para recomendarte el libro de Stephen R. Covey porque en él descubrirás de manera efectiva de qué manera puedes ayudar a los demás ayudándote a ti mismo. Aquí te dejo el enlace (afiliado) por si estás interesado en el libro.
Lidon Blanch says
Buenas noches y enhorabuena por el post, simplemente genial, como todos los que escribes. Llevo siguiendo el blog un mes y la verdad es que me encanta, muy interesante, ameno y sobretodo muy humano. Enhorabuena maestro!!!
Santiago says
Gracias Lidon. Celebro que te gusten los artículo. un cordial saludo 😉
Humber Magno says
Su ofrecimiento de enseñar a mejorar las relaciones interpersonales es muy bueno. Pero ya, hace 60 años— Dale Carnegie había dado un método que fue, es y seguirá siendo útil para ese mismo fin. Se llama «How to win friends & influence people». Se los recomiendo. En inglés, en pocket books vale 7 dólares.
Santiago says
Gracias Humber. Es un libro que tengo pendiente. Seguro que me encantará
Padhi says
Vaya, Santiago publica un artículo muy interesante y necesario sobre la empatia y he aquí una respuesta no empática precisamente. Su ofrecimiento es enseñar…..y sigue y termina con lo que termina el «pero» que anula su tan breve y buen inicio.
Disculpas, esta claro que Humber habrá leído lo que ha leído de los años 60 incluyendo de nuevo un «pero», en esta respuesta se ve claro que solo le movia contestar y no escuchar lo leído. Si ya se ha dicho de otra forma ¿y qué? y yo también he leído sobre el tema con un autor que escribió sobre esto mucho más atrás en el tiempo que los años 60, Sòcrates. Así que no se trata de decir de donde surgió ya que es evidente que no lo descubrió esto ni el mismo Dale Carnegie.
Este tipo de respuestas te hacen ver que hay personas que leen y leen sin asimilar y sin aplicar en su vida cotidiana lo que leen. Yo les recomendaría realizar cursos prácticos aplicables a la vida personal y profesional sobre el tema.
El merito es haber escrito este artículo, defender, promocionar y publicar de forma personal lo que se ha expuesto se haya dicho ya o no.
David says
Excelente artículo, es algo que llevaba bastante tiempo pensando, solo por la superficie (sin poder darle un nombre ni realmente ponerle una «etiqueta») ya que lo suelo hacer muchísimo (la falsa respuesta) y es algo que no me gusta de mi. Gracias por hacernos un poquito más sabios, un saludo.
Santiago says
Gracias a ti David por su lectura y ti comentario
Francisco Ibáñenz Sandoval says
Enhorabuena por el artículo, me ha parecido…..simplemente genial. Un fuerte abrazo.
Santiago says
Muy agradecido Francisco
Susana says
Muy interesante el artículo, como todos. Muchas gracias por compartirlo e intentar que seamos mejores personas.
Saludos
Santiago says
Gracias Susana
Carina says
Excelente artículo! Cuánto aprendo cada vez que te leo. Felicitaciones y gracias!
Santiago says
Muchas gracias Carina 😉
Jose says
Saludos!!
Excelente.
Por fin he comprendido el verdadero significado de «empatía».
Muchas gracias.
Santiago says
Muy agradecido José
Alfono says
Interesante pero incompleto, esto demuestra que en realidad no eres una persona empatica aunque quieres serlo y eso esta bien, necesitas interactuar con mas de estas personas para poder asimilar su comportamiento y asi sentirlo y transmitirlo, te falta mucho aun pero vas por buen camino, te felicito por querer mejorar a la gente, sigue asi y algun dia lo lograras. Ser empatico no es facil pero es muy enriquecedor.
Santiago says
Muchas gracias. ¿A qué te refieres al decir completo? Un cordial saludo
Ana Palomino says
Muy buenas, quería darle en primer lugar la enhorabuena por el post, porque hace reflexionar acerca de las relaciones interpersonales y cómo mejorarlas. Pero su concepto de respuesta empática carece precisamente de lo que presume, de empatía. Según se presenta, es una estupenda fórmula para crear el nuevo robot-amigo, pero ¿cómo podría yo saber si le estoy contando mis problemas a una persona o a una máquina? Por el corazón. De la misma manera que la escucha empática está dirigida al corazón de la otra persona, la respuesta empática debería partir desde el de uno mismo. Así, entre la sentencia y la respuesta empática faltaría ese punto de comprensión del problema del otro, de sentimiento: «¿ Qué ha pasado para que suceda algo así?», » Entiendo por lo que estás pasando, es normal que te sientas así», «Tranquilo, estoy contigo, sé que ésto no es fácil»
En fin, mi humilde opinión, un saludo!
Santiago says
Gracias Ana por participar con tus comentarios. Lo que propones es una opción muy válida, pero hay que ir concedido en confundir la simpatía con la simpatía y la compasión. A veces la línea que las separa es muy delgada. Muchísimas gracias por hacer mejor este blog con tu interesantísima aportación. Recibe un cordial saludo.
Alba G. Morgade says
Precisamente mientras leía el artículo hice una reflexión similar a la de Ana Palomino… Yo creo que es correctísima la columna de respuesta empática, pero le añadiría el punto justo de «falsa respuesta» para, precisamente, dar a entender que se está empatizando, que logras ponerte en el lugar de la otra persona y comprendes lo que está compartiendo contigo.
Por todo lo demás, mi más sincera enhorabuena por el artículo y la reflexión implícita. Hace falta que todxs, al compartir la vida con otras personas, cambiemos algunas cosas para ser más y no sólo estar.
Un saludo!
Santiago says
Muchas gracias por tu aportación Alba. La tendré en cuenta
MANUEL ANTONIO SALDAÑA RUBIO says
Me parece muy interesante las opiniones, sobre todo si son de personas expertas, sabemos que nadie somos perfectos, esta columna ayudará a muchos colegas a reflexionar en sus vivencias pedagógicas y personales.
FELICITO LA INICIATIVA DEL AMIGO SANTIAGO SAYS.
Santiago says
Muy agradecido por tu palabras Manuel
MariPaz says
En primer lugar decir que este blog me parece excelente y creo que tu visión sobre la educación puede ayudar a hacer reflexionar a algunos profesionales sobre su tarea docente.
Dicho esto, he de decir que en esta ocasión no estoy de acuerdo en el enfoque que planteas sobre la respuesta empática. Es obvio que la solución a un «problema» que te enuncia otra persona no siempre es responderle con otra sentencia, aunque en ocasiones le puede servir a la otra persona para sentirse cercano a ti. Ej: he visto a un compañero llorar y me da mucha pena. Respuesta posible: a mi también me da pena ver a la gente llorar, qué crees que pudo pasarle?, crees que podemos hacer algo para ayudarle?
No creo que la solución sea siempre hacer las cosas por los demás, aunque a veces podamos ayudarlos. se nos olvida que muchas veces el otro sólo nos cuenta las cosas porque necesita sentirse escuchado y comprendido y nuestra labor es escuchar e intentar comprender y empatizar con lo que le está pasando, pero ni siempre tenemos la solución a sus problemas, ni siempre se nos pide.
La intención de tu planteamiento me parece buena, pero veo errores o no he sido capaz de entenderlo correctamente.
Gracias por el blog y a seguir trabajando por cambiar la educación, que hay mucho trabajo
MariPaz
Santiago says
Muchas gracias Mari Paz por tan sincero y completo comentario. A veces hay que leer los artículos del blog no como un punto de llegada, sino como un punto de partida. Aportaciones como la tuya en este comentario sirven si duda para mejorar la calidad de las entradas y para revisar constantemente mi trabajo. Desde ya mismo Mari Paz mi más sincero agradecimiento
Anon says
Lo unico con lo que no estoy deacuerdo es justamente con las ejemplificaciones del recuadro que acompaña el articulo. Reduce las respuestas despreocupadas por el otro a un solo tipo y las empaticas a otro solo tipo puramente servicial. Se puede ser empatico por el hecho de preguntar sobre el problema y atajar el problema aportando soluciones despues de entender el problema una vez el otro sujeto se ha explicado, modo de ejemplo y cada uno a su manera. Con esto quiero decir que en mi opinion la ilustracion empobrece la idea que quieres expresar y le da una esencia mecanica que no deberia reducirse a eso, ya que por ejemplo, el lenguaje corporal tambien existe. Un saludo y animo con un tema que es relevante no solo para el adulto si no que es una asignatura pendiente en una educacion de un mundo competitivo.
Santiago says
Muchas gracias Anon por tu aportación. Me ha gustado mucho tu reflexión y debe confesar que la tendré muy en cuenta. Nunca es fácil poner ejemplos a los conceptos y menos cuando se trata de sentimientos. Tomo cumplida cuenta de tus observaciones. Recibe un cordial saludo
Psic. Adriana says
Justamente iba a comentar la misma idea que Mari Paz y Anónimo ya comentaron. Me encantó el concepto de respuesta empática y me parece que es un tema que tiene mucho de donde explotarse. Ciertamente para que exista la escucha empática debe haber una respuesta que la fomente. Coincido en que lo único que modificaría serían los ejemplos del recuadro.
Hay que tomar en cuenta el contexto ya que muchas veces, el responder con otra afirmación desde el Yo, también puede generar apertura. Y, por otro lado, el responder ofreciéndoles solucionar el problema puede generar otro tipo de problemáticas. Sólo sugeriría revisar esa parte de la tabla. Me parece un excelente concepto que vale la pena ampliar y difundir. Felicidades y gracias.
Santiago says
Muchas gracias por tu aportación Adriana. Como bien dices, seguramente se pueden mejorar las respuestas, pero quiero que se entiendan como un punto de partida y no de llegada. Un cordial saludo
Imelda says
Simplemente me encanto, que hermoso eres y gracias por compartir este mensaje tan bello.
Santiago says
Muchas gracias Imelda por tan bonitas palabras
teresa gasca says
Este artículo me ha llegado muy hondo pues me he sentido identificada totalmente. La gente no escucha en absoluto. La gente aprovecha los comentarios de los demás para alimentar su propia conversación. Yo suelo escuchar, para mí no es nada difícil la empatía. Si te cuentan algo hay que pensar qué harías si eso te pasase a tí y responder de acuerdo a eso.
El problema con el que me encuentro es que al final todo el mundo me cuenta sus cosas y yo las mias ya ni me molesto en explicarlas pues cuando noto que no me escuchan pienso que no vale la pena perder el tiempo.
No sé si yo tengo mala suerte o es que todo el mundo es egoista pero por desgracia la mayoría de mi entorno tiene el ego en primera persona.
Santiago says
Agradezco tu aportación Teresa. Ciertamente no es fácil a veces sentirnos escuchados. Pero creo que debemos empezar nosotros dando nuestro ejemplo. Un cordial saludo y gracias por tan sentido comentario
nekane says
la empatía no debe de ser tan empática o acabaremos no siendo nosotros mismos, creo que no es lo mismo en una acción de apoyo al otro, que en una conversación con el otro, ambas cosas difieren por lo que tu-su empatía no vale lo mismo en un caso que en el otro
…hay un dicho que díce: si ayudas a alguien ganas un amigo, pero si sobrepasas la ayuda os convertiréis en enemigos
creo, más bien, que hay que partir de la base de que en el fondo, las personas somos muy iguales, luego es fácil decir lo que el otro quiere oír, luego puede suceder, de hecho sucede con más facilidad de lo que reconocemos, que ésto lleve al otro a no saber parar, pues si le dás lo que te pide siempre pedirá más…
conclusión: ésta vida es bastante incomprensible y nada empática!, asíq ue lo que no apañemos con la palabra hagámoslo con hechos y sonrisas!
Santiago says
Muchas gracias por tu aportación Nekane. Cordiales saludos 😉
Bismarck Villanueva Fajardo says
Hoy tuve la fortuna de aplicar estos saberes sobre la empatía, mismos que me permitieron sugerir a quien coordinaba el análisis de un trabajo académico como aplicar a las demás personas la empatía.Gracias por ilustrarme un poco más.Saludos afectuosos.
adolfo tapia says
un alumno que obtuvo demasiados ceros me dijo al final del torneo: ¿profesor me puede enseñar ajedrez? …….. me dijo eso a mi: el instructor de ajedrez a cargo de su instrucción !!! …. creí deducir que requería atención especial acerca de los motivos de su tan bajo rendimiento …… le hable acerca de la enorme importancia de su mundo emocional por encima de sus conocimientos adquiridos ….. ¿hice bien? ….. saludos
Santiago says
Sin duda Adolfo. Se puede y se debe enseñar desde las emociones
Sergio Madrigal says
Hola Santiago
Me gustó mucho el tema de tu artículo. Hoy en día me encuentro validando con personas jóvenes un espacio-taller que he denominado «Mirar el mundo con otros oídos» preocupado porque, en mucho, este planeta está como está por la falta de escucha activa o empática entre la gente.
Estoy entendiendo que la escucha empática no es fácil pues su fin es, al final del ejercicio, un despojar al ego propio y ajeno de la sobervia y volverlos más humildes pues, en el punto de arranque de un ejercicio de escucha activa o empática es imprescindible dejar el ego personal a un ladito para acudir al encuentro de otro ego que sufre por una necesidad o por algún problema. Pero el fin que debe perseguir dicho impulso no debe ser arreglar-componer la vida de ese ego que sufre sino, encontrar entre ambos la enseñanza que la vida presenta a través de tal sentimiento de sufrir. La participación externa despojada de ego es, en si misma, reconfortante para quien se duele. Y, el hecho de encontrar, apoyado en la otredad, la salida a tan cruel situación debiera orientar al doliente en dos sentidos: a) permitir la ayuda desinteresada de otra persona y b) que el dolor es normalmente una manifestación de un ego inflado. Ambos reconocimientos deben llevar a la humildad.
Gracias por hacerme reflexionar
Un abrazo y enhorabuena con tu blog
Kabbik
Santiago says
Muchas gracias Sergio. Me ha encantado tu aportación y reflexión. Un cordial saludo
gerard says
Yo lo veo distinto. Creo q muchas de esas respuestas no empaticas de las q nos quejamos o de las q hacemos uso no son nada mas q eso…respuestas no empaticas pq no tenemos ninguna intencion de ayudar pero somos lo sufucientemente empaticos para no decir «no me apetece escuchar tus problemas», y no me parece mal del todo si no se quiere ayudar.
En cambio cuando uno quiere ayudar creo q se nota. No se decirte pq pero las respuestas empaticas q propones me suenan menos empaticas q las otras. Las empaticas tienen un color falso, forzado, como de cura del opus, no cuela. En cambio las «no empaticas» te ponen al mismo nivel q el otro y por lo tanto se genera mas empatia.
No sera q, mas q respuestas empaticas lo q echamos de menos son peronas empaticas?
Aun asi, totalmente de acuerdo con q visualizando la vida de forma constructiva… mejora la alegria de vivir. 🙂
Tatiana says
Buenas tardes
no suelo leer este blog, ni soy docente ni experta en el campo. he llegado aquí al tratarse de un articulo sobre empatia. pero a pesar de que me gusta el contenido del articulo, como veo que muchos te han dicho previamente, el cuadro con ejemplos, no me parece que aporte nada, y confunde mucho. no creo que las respuestas empaticas que propones sean tal cosa, si no mas bien son serviciales, empatia no significa servir y ayudar siempre a la otra persona. si yo me pusiera en lugar de la persona que habla en el cuadro azul, y las respuestas que me dieran fueran las de el cuadro verde, pensaría que la persona que me responde tiene algún problema de servilismo diagnosticado ya que me ofrece todo, sin necesidad. si yo misma expongo a un compañero que estoy cansada, no busco con eso que me ofrezcan una ayuda a ello, sino un poco de comprensión tal vez, o si se trata de un compañero de trabajo que no se enfaden si realizo el trabajo mas despacio. creo que una respuesta mas empatica puede radicar, en un simple «lo siento, a ver si esta noche duermes mejor. a todos nos pasa de vez en cuando, así que si puedo hacer algo para ayudarte, dimelo.» se ofrece comprensión y ayuda, en el caso en que la otra persona lo requiera.
espero que mi opinión y experiencia te sirvan para avanzar en el campo de la empatia, que es difícil en personas a las que les han educado con bases egoistas o si base alguna.
Santiago says
Gracias Tatiana. Lamento que el cuadro no haya sido de tu agrado. Intenta verlo como un punto de partido, no de llegada. Es el problema de los ejemplos, que la gente a veces le cuesta ir más allá. Gracias de nuevo por tu sinceridad
María Videla says
Hola Santiago. Perdona si no soy nada empática escribiendo. Sólo quería comentarte que este es el tipo de charlas que me gustaría ver en TED. De hecho sería genial convertirla en una presentación de TED-Ed. Grandísimo artículo. Un saludo 🙂
Santiago says
Gracias María. Pues si algún día me invitan a una de estas charlas, yo encantado de acudir. Un cordial saludo
Mely Martínez Balderas says
Alo..Santiago Says
No soy docente, pero me encuentro fascinada con tu artículo. . Tema que es tan trascendental.
Ojalá y en estadística seamos más la gente de «escucha empatica».
Siempre afortunada de poder ejercitar día a día, sobré este artículo que tan amable nos has compartido .
Sin duda, siempre nos queda algo muy positivo en algo que podemos trabajar, esforzándonos a ser mejores individuos .
Gracias!
Santiago says
Gracias a ti Mely por su lectura
Ana says
Hola Santiago, soy docente en infantil y venía a felicitarte por el gran trabajo que haces, con cada artículo aprendo y pongo en práctica ideas que compartes. Los peques de mi clase a veces, no saben expresar con palabras que es lo que les pasa y lo comunican de otro modo…con nerviosismo, inquietud…haciendo travesuras…Creo que este es un mundo en el que te interesaría entrar, pues en infantil las emociones están a flor de piel y te ayudaría a entender mejor a los adolescentes y a los adultos, pues todos tenemos nuestro niño interior.
A veces, cuando están tristes, los abrazo un ratito y así entienden que me importa lo que les ocurra, que lo entiendo y lo valido…sólo necesitan eso. Es lenguaje de corazón a corazón, cuando las palabras no tienen el mismo efecto que en un adulto. Pienso que es importante hablar, ofrecer ayuda y soluciones, pero eso viene luego de escuchar y contener, cuando la persona tiene que capacidad de reacción, una vez la emoción no la tiene atrapada.
No sé si conoces a José Luis Bimbella, te lo recomiendo fervientemente.
Nuevamente, gracias por tu gran trabajo. Se nota que eres maestro de corazón.
Santiago says
Gracias a tu Ana por su lectura. Un cordial saludo
Cristina Abellán says
Buenos días, primero decirte Santiago que sigo tu blog desde hace bastantes meses y creo que la labor divulgativa que haces para los docentes es muy valiosa. En mi trabajo (psicóloga y formadora) he podido comprobar lo importante que es para los docentes de todos los niveles desarrollar competencias relacionadas con la gestión de sus emociones, para así poder comprender las de su alumnado y saber llevar el grupo en el aula no solo dando la asignatura, sino educando a personas en un amplio sentido. Por eso este post tocante al tema de la respuesta empática es tan importante. Y por eso me gustaría completar o matizar tus palabras, porque falta profundizar y puntualizar mucho en este tema de la Empatía. Quizá la obra de Covey que citas no sea la mejor fuente de información sobre la empatía y su puesta en práctica. Y no estoy de acuerdo en que una respuesta empática haya de ser verbal. Por no extenderme más os doy un par de referencias para mí imprescindibles para comprender y situar donde le corresponde la habilidad empática. Comunicación no violenta, de Marshall Rosenberg. El poder de la empatía, de A. Ciaramicoli y K. Ketcham. Inteligencia Emocional, capítulo 7. Daniel Goleman.
La empatía es muy importante, y por eso hay que saber qué es, qué significa en la práctica ser empático y cuando no toca o no es adecuado serlo.
En Análisis Transaccional (os recomiendo la obra de Eric Berne) podemos ver el fenómeno de las conversaciones que describes en la tabla, Santiago. Donde cada interlocutor habla de lo «suyo» y no jhay un intercambio real de nada. Son pasatiempos, no comunicación verdadera. Las dos partes, en mi opinión profesional, son igual de responsables para que se produzca un contacto real, comunicación, y por lo tanto empatía entre dos personas.
En fin, me despido. Me apetece escribir a mí sobre este tema en mi blog, si lo hago te avisaré. Un abrazo.
Santiago says
Muchas gracias Cristina. Sin duda el artículo es un punto de partida y no de llegada. Y aportaciones como la tuya lo enriquecen enormemente. Tomo cumplida nota de tus observaciones. Mis mejores deseos
Rafael says
Amigo, me encanta que escribas sobre estos temas, estás muy cerca de un trato terapéutico, y así como se lee en algunos comentarios, no todos necesitamos siempre ser sanados, ni empatizados, a veces ni escuchados, cono tu dices, es muy delgada la línea entre la empatia y la simpatía, así es de delgada la línea entre «quiero abrir mis emociones contigo o no» y esto es muy comprensible porque si genero empatia al principio y después no se cómo manejar el asunto, la persona puede quedar más confundida, si no es que más lastimada.. En resumen, no hay fórmula mágica e infalible. Estos temas surgen de la tercer gran corriente psicológica llamada humanismo, de Carl Rogers, creo que sería de tu profundo interés por que es la fuente de donde se basan todos los autores aquí mencionados. Te vendría como anillo al dedo convertirte, primero en psicólogo y después en psicoterapeuta humanista, tienes todo para lograrlo…
Martha says
Me gustó el artículo pero la columna de respuestas (preguntas) empáticas se fue al extremo. No podemos usarlas con personas manipuladoras, por ejemplo. La gente en la mayoría de las veces solo quiere ser escuchada y clarificar sus ideas a través de la expresión verbal.
La verdadera empatía es si, escuchar con el corazón, pero especialmente conocer y aceptar a cada individuo para poder ofrecer una respuesta acorde a sus necesidades.
Santiago says
Muchas gracias Martha por tu aportación
Montserrat says
Me encantan tus artículos y los leo entusiasmada, pues creo verdaderamente que siempre se puede aprender a hacer las cosa mejor,al menos eso intento con mi gente y con mis alumnos. Encantada de seguirte.
Montse
MIguel says
Creo que las respuestas empáticas están bien cuando la relación es equilibrada. Hay multitud de relaciones que no se basan en el equilibrio,
como la de un jefe autoritario y un empleado, o la de una relación de pareja dónde uno manipula.
En estas situaciones la empatía es una necesidad o una imposición.
No puedes decir la respuesta falsa porqué sabes que te traerá consecuencias.
En realidad la respuesta falsa es la expresión real de tus sentimientos reales.
Creo que la empatía debe de fluir en ambas direcciones, por lo que faltaría una tanda de sentencias ampáticas, quedando las que ahora hay como sentencias falsas. Por ejemplo:
«Hoy he dormido poco»(sentencia falsa)
Hoy «»»hemos»»» dormido muy poco, me imagino que tu estarás hecho polvo también. (sentencia empática)
En este caso la respuesta falsa queda anulada… el otro no te podría contestar:
«pues yo solo he dormido 4 horas».
Hay mucha gente «tóxica» que te aborda de entrada con sus sentencias falsas
y te obliga a ser empático, como dije antes, por necesidad u obligación.
Empatía si, pero en ambas direcciones.
Saludos.
Santiago says
Otro cordial saludo para ti Miguel
Grover says
Un buen artículo, que me viene como anillo al dedo cuando estoy escribiendo un artículo que titularé cómo Cómo escribir textos en positivo ante problemas negativos.
Con relación al libro de Dale Carnegie, lo encontré en el siguiente enlace: http://profesores.fi-b.unam.mx/cintia/CarnegieDale-CmoGanarAmigoseInfluirsobrelasPersonas.pdf
Santiago says
Gracias Grover. Un saludo
Francisco Adrian Fonseca says
Wow acabo de leer este articulo y es verdad en ocasiones me comporto muy simpático, pero al analizar bien hay ocasiones que aunque quiera contestar simpaticamente he contestado empaticamente y según yo lo hacia para evitar conflictos y hoy me doy cuenta que es la mejor manera de dar una respuesta.
Muchas gracias me ha servido de mucho
Santiago says
Me alegro mucho Francisco. Un cordial saludo
atilano says
Me gusta!
Da pie a hablar. En cambio las respuestas falsas cortan de tajo una posible conversación.
Y aunque no trates de ser simpático seguro que me caerá mejor quien me responda empaticamente
Samuel says
Eexcelente el articulo, me encanto realmente, sirve para profundizar las relaciones con nuestro entorno
Antonio Esquivias says
Hola Santiago, bueno pues la respuesta empática sí que existe y llevo años utilizándola en mis formaciones. La respuesta que pones como empática en tu cuadro es una respuesta conductual ya que se refiere a la conducta: qué hay que hacer, que puede o debe hacer la persona que inicia la conversación. Esa respuesta prescinde de la situación de la persona, algo que es emocional. La respuesta empática pregunta por los sentimientos. Empatía es conexión en los sentimientos no necesariamente en las soluciones.
Además la respuesta empática posibilita que la persona decida lo que va a hacer, decida su conducta. Es decir quien trabaja desde los sentimientos no es consejero, es facilitador.
Padhi says
Hola Santiago además de publicar una respuesta a una respuesta que no me pareció adecuada ni empática precisamente. Te quería decir que me gusta tu blog y que lamento no tenerlo demasiado tiempo ya que esta supercargado de publicidad fija y emergente. Si alguna vez publicas en un blog sin publicidad enviame su enlace. Gracias.
Vaya, Santiago publica un artículo muy interesante y necesario sobre la empatia y he aquí una respuesta no empática precisamente. Su ofrecimiento es enseñar…..y sigue y termina con lo que termina el «pero» que anula su tan breve y buen inicio.
Disculpas, esta claro que Humber habrá leído lo que ha leído de los años 60 incluyendo de nuevo un «pero», en esta respuesta se ve claro que solo le movia contestar y no escuchar lo leído. Si ya se ha dicho de otra forma ¿y qué? y yo también he leído sobre el tema con un autor que escribió sobre esto mucho más atrás en el tiempo que los años 60, Sòcrates. Así que no se trata de decir de donde surgió ya que es evidente que no lo descubrió esto ni el mismo Dale Carnegie.
Este tipo de respuestas te hacen ver que hay personas que leen y leen sin asimilar y sin aplicar en su vida cotidiana lo que leen. Yo les recomendaría realizar cursos prácticos aplicables a la vida personal y profesional sobre el tema.
El merito es haber escrito este artículo, defender, promocionar y publicar de forma personal lo que se ha expuesto se haya dicho ya o no.
Margarita A.Visconti says
La empatia es lo que no se debiera perder , no es despersonalizaciòn , pienso que si debemos dejar el estado yoico del tiempo de adolescente ,donde el yo es central, aqui el escucha empàtico o el que se coloca en el lugar del otro para saber o poder dar una respuesta a las necesidades del otro es colocarnos al lado de quien necesita nuestra acompañamiento asi ponemos en acciòn la empatìa .la simpatìa es un condimento que lo embellece,abrazos
Tatiana says
La verdad es que no estoy muy de acuerdo con esta definición de empatía…para mi lo que caracteriza la empatía es el deseo de conectar con la realidad del otrx tal y como es, sin interferencias, sin nisiquiera la interferencia de quererle ayudar o mejorar…no que este deseo no se pueda expresar en otro momento pero yo no lo veo extrictamente en la práctica de la empatía que para mi sigue siendo una práctica de estar extremadamente vacixs, abiertxs, y a la vez llenxs de presencia, atención, curiosidad…algunas de mis respuestas empáticas a estos comentarios serían: «Me imagino que estás cansadx, no?», «Ya..estás cansadx…que es lo que te gustaría ahora?», «Ah..tienes mucho trabajo…y como te sientes con esto?»…
MILENA says
SR Santiago le agradeceria mucho si usted puede darme una respuesta .tengo una sobrina la cual veo como mi hija siempre la familia piensa q esta loca por su comportamiento, ejemplos,cuando uno le esta hablando de algo especifico ella te contesta con otro tema o sencillamente te cuenta algo q paso con su relacion amorosa o del trabajo y si pregunto escuchaste lo que te dije ella dice si y sigue contandote otras cosas.Todo lo que se le dice lo ve como un ataque confunde las conversaciones y siempre entiende otra cosa y cree que las personas le gritan cuando estan hablando me siento confundida si usted tiene algun consejo estare muy agradecida
Ana Cecilia Pulido B. says
Gracias por el artículo, siempre me ha fascinado todo lo referente a la Inteligencia Emocional.
Susana Blasco says
Me he reído muchísimo con las falsas respuestas porque normalmente son las que doy yo. También tengo que decir que no me gusta la gente quejica y es una forma de decir: bueno, de acuerdo, pero no es grave, nos pasa a todos.
Por otro lado, me ha gustado mucho el artículo y muchas de las reflexiones que se han aportado. Está claro que no escuchamos bien y que muchas veces hay muy mala comunicación. Gracias por los artículos.
Santiago Moll says
Gracias Susana
Lady Ortiz says
Gracias..me he dado cuenta que no era nada empatica.
Luis Flavio says
Una distinción muy importante expresado de forma muy sencilla.
La tabla de respuestas me ha gustado mucho por contener expresiones cotidianas y muy comunes.
En el fondo de trata de querer más a las personas y además expresarlo.
Me ha encantado.
Ana Amaya Lomé says
Wow que genial, me encantó tu articulo, en verdad te felicito por lo que haces!
Alexander MACHADO CAMPANA says
hoy llegue a este articulo de manera inesperada y para nada andaba buscando el tema, sin embargo, al leerlo surgio la solucion a un problema que vengo enfrentando en mi oficina desde hace una semana, ya empece a aplicar y estoy a la espera de lo que ocurre… de pronto termina siendo tambien la respuesta a tantas veces que he dicho «que pereza repetir tantas veces lo mismo» de golpe caigo en la cuenta que la falla no eran los demas sino yo… mas exactamente mis mensajes y la forma en que habitualmente los expongo. Gracias mil.
Rosa María says
El bebe le tiene miedo al juguete , educar en empatía sería saber responderle apropiadamente:
1) Veo que tienes miedo al juguete hace mucho ruido se mueve sin parar
2) No tengas miedo es solo un juguete
Cuál sería la rpta más apropiada?