El artículo de hoy quiere centrarse en un aspecto que me parece fundamental en la labor de cualquier docente: potenciar la autoestima de los alumnos. Por tanto, mi intención no será otra que la de darte a conocer algunas estrategias muy sencillas, pero a la vez muy efectivas, para que tus alumnos mejoren su autoestima y ello haga que se conviertan en personas con una mejor competencia emocional.
Para la redacción de este artículo me he servido del libro de Joan Vaello titulado Cómo dar clase a los que no quieren.
Sin más demora, zarpamos…
Imagen extraída de Shutterstock
¿Puede un docente potenciar la autoestima en sus alumnos?
La respuesta a esta pregunta es un sí rotundo. Pero antes justificar mi respuesta, deja que defina el concepto autoestima.
Del libro de Joan Vaello he leído que la autoestima puede considerarse el grado de satisfacción asociado al concepto de uno mismo, es decir, a sentirse bien con uno mismo. Pero a su vez, no debemos olvidar que la autoestima, también en palabras de Joan Vaello, está ligada a dos necesidades básicas:
- Tomar conciencia de que uno vale para algo (éxito).
- Tomar conciencia de que uno vale para alguien (renococimiento).
Un éxito y un reconocimiento que deben concebirse claves a la hora de hablar sobre autoestima.
12 Estrategias para potenciar la autoestima en el aula.
1. Mantener un contacto fluido con el alumno, es decir, conversar periódicamente con él, averiguar qué es capaz de hacer y qué está dispuesto a hacer y siempre evitando el enfoque competitivo.
2. Conseguir que crea que puede, es decir, incidir en lo que se entiende por capacidad creída más que la capacidad real.
3. Adaptar los objetivos y la dificultad de las tareas a sus posibilidades.
4. Trabajar conjuntamente con el alumno lo que se entiende por aproximaciones progresivas, es decir, que cada uno de los esfuerzos que haga el alumno le sirva para que tome conciencia de que está avanzando, de que se está superando día tras día.
5. Conocer lo que puede hacer y lo que no y, una vez sabido, velar para que el alumno se sienta seguro, respetado y aceptado por sí mismo y por los demás compañeros.
6. Hacer ver al alumno que el error es una forma más de aprendizaje, es decir, que con el error nunca se retrocede, sino que se avanza y se aprende algo de él. También es importante que el error no implique la imposición de determinadas etiquetas o prejuicios. Sobre este apartado te dejo el artículo titulado 5 Maneras de premiar el error entre tus alumnos.
7. Potenciar positivamente la participación y las intervenciones en clase.
8. Potenciar los refuerzos verbales como comentarios halagadores, bromas, sentido del humor, llamar por el nombre, conversar amigablemente…
9. Potenciar los refuerzos no verbales como la proximidad, el contacto ocular, expresiones faciales que denoten aprobación, demostración de interés hacia la persona más que hacia el alumno, aprecio… Sobre este apartado te puede interesar la lectura del artículo titulado Ejemplos con vídeos para entender los tipos de escucha.
10. Trabajar el lenguaje positivo a través de lo que se denominan las autoafirmaciones positivas.
Estas son algunas de las propuestas que Joan Vaello nos da para potenciar la autestima. Como ves, se trata de acciones que cualquier docente puede realizar, siempre y cuando disponga de tiempo en clase. Y ahí está la gran cuestión:
¿de dónde saco tiempo en el aula para trabajar la autoestima?
El tiempo en el aula como aliado o enemigo para trabajar la autoestima. A modo de conclusión.
Aunque estos consejos de Joan Vaello son tan prácticos como valiosos, me gustaría incidir en un aspecto que me perece crucial para poder potenciar la autoestima de los alumnos. Ese aspecto es el tiempo de que como docente dispones en el aula.
El gran problema al que se enfrenta el docente a la hora de trabajar determinadas competencias emocionales en el aula es que se siente incapaz de enseñarlas porque no dispone de tiempo. Y no dispone de tiempo tal vez porque el tipo de clase que lleva a cabo es una clase básicamente unidireccional, donde él habla y sus alumnos escuchan. Con este forma de enseñar es francamente difícil encontrar un hueco en una sesión lectiva para trabajar aspectos emocionales.
De ahí que sea preciso un cambio metodológico para hacer posible un cambio en lo emocional. Es lo que entiendo por pasar de la Escuela del hacer (Kronos) a la Escuela del Ser (Kairós). Una Escuela del Ser donde la unidireccionalidad a la hora de enseñar se sustituya por la bidireccionalidad entre alumno y docente; donde se trabaje de forma cooperativa para que el alumno pueda aprender por sí mismo y de otros alumnos; donde el proceso de enseñanza valga más que los meros resultados académicos y donde no sea necesario el uso de poder porque se dispone de suficiente autoridad.
Sólo podremos incorporar la educación emocional en las aulas cuando dejemos de ver el tiempo como un enemigo en lugar de verlo como un aliado. Porque transformando el tiempo en el aula seremos capaces de enseñar con emoción desde la emoción. Porque la educación es tiempo…
>>> Para saber más sobre la Escuela del Ser <<<
FUENTE DEL ARTÍCULO: Cómo dar clase a los que no quieren, de Joan Vaello.
Ana Rosa Fraga Brum says
Mil gracias por sus aportes. Como docente (este año de educación especial en el área de discapacidad intelectual), soy testigo y defensora total de esta forma de actuar en el día a día. Comienzo el año con una reunión con las familias y los niños. En ella comunico a las familias y a los niños cuando me presento, sin importar el grado que me toque ese año, que es un honor para mi estar allí. Agradezco la confianza que me brindan al entregarme a sus máximos tesoros que son sus hijos y asumo allí la responsabilidad que me presentan las familias o encargados de acompañarlos ese año. Logro, desde el comienzo un lenguaje compartido con familias, niños y escuela que me enriquece mucho la tarea. Los desafíos son inmensos y claro, nunca libre de dificultades, pero que en el marco de ese respeto recíproco y en base al diálogo, vamos logrando completar año a año. Es sin duda reconocernos diferentes como potencial a trabajar, posibilidad de enriquecernos, de aportar ideas para nosotros y los demás que nos escuchamos, debatimos, discrepamos y consensuamos. Pero enseñando a destacar lo maravilloso de cada integrante del grupo. Reconociendo al error como la base para mejorar. No como traba, error como principio de posibilidad de mejora. Posibilidad y alerta de reestructura. Sin miedo ni vergüenza. Error como parte de nuestra humanidad. Es muy gratificante contar con sus aportes. Gracias.
Santiago Moll says
Muchas gracias Ana por esta reflexión. Un cordial saludo
LUIS ASTILLO says
Buenas noches Sr.Santiago, le saluda luis Castillo desde Yuluc, Sarguro Loja Ecuador
Jesús says
El tiempo se puede sacar también fuera del aula, simplemente hablando con la familia y que le digan al niño o niña lo contento que está el maestro con su esfuerzo en clase, así ellos sabrían que lo que hace en clase merece la pena porque también tiene consecuencias positivas en casa.
Por otro lado no hay que olvidar que los maestros junto con la familia formamos un equipo, por tanto, hay que hacer participes a las familias de todo el esfuerzo que hacen sus hijos aunque no lleguen a los objetivos marcados por ley. Al mismo tiempo tenemos que hacer conscientes a los padres que lo importante no es el resultado sino el esfuerzo que haya hecho su hijo/a durante el curso, un simple 5 de «Pepito» en comparación al resto del grupo puede ser perfectamente un 10 aunque no se vea luego reflejado en las notas como tal.
Un saludo y buen post.
Mauricio says
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Dora Ma Flores Juárez says
excelente material!!!