El artículo de hoy nace de la mentira. El artículo de hoy nace la de indignación. El artículo de hoy nace de la indefensión que como docentes hemos padecido tú y yo en el aula con un alumno.
Justifica tu respuesta es y seguirá siendo un blog de preguntas, de reflexiones, pero también de respuestas. Es por ello que en esta entrada quiero centrarme en cómo reaccionar cuando sabes a ciencia cierta que un alumno pone en su boca palabras que nunca has pronunciado.
¿Quieres saber cómo defenderte ante la mentira de un alumno? ¿Quieres descubrir cómo reivindicar el derecho a la reparación ante una mentira? Pues no te entretengo más. Zarpamos…
Imagen extraída de Shutterstock
¿Qué es lo que más duele de una mentira? Sobre la indefensión en el aula.
La razón de este artículo viene de la afirmación que un alumno de un grupo al que imparto clases dijo en voz alta en una sesión lectiva. La frase de este alumno rezaba así:
Es que tú habías dicho que hoy no teníamos que traer el libro de texto
Inmediatamente después de oír tal afirmación reconozco que me enfadé muchísimo con el alumno. Y también reconozco que el tono con el que respondí a ese alumno no fue el acertado. Ahora que recuerdo ese momento desde una cierta distancia me doy cuenta de mis errores y de cómo debería haber actuado.
Pero,
¿qué fue realmente lo que me hizo enfadar tanto?
- La afirmación que había hecho el alumno era completamente falsa.
- La falsedad del alumno se había compartido automáticamente entre todos los alumnos del grupo al haberla pronunciado en voz alta.
Cuando una frase empieza por ES QUE…
A veces pienso que las personas se dividen en dos grandes grupos (espero que me perdonéis esta generalización totalmente infundada):
1. Las personas que empiezan sus frases por un ES QUE…
2. Las personas que empiezan una frase con un PODRíA…
La diferencia a la hora de empezar una afirmación entre un ES QUE y un PODRÍA es enorme.
¿Cuál es para mí la diferencia principal?
El ES QUE... cierra opciones (respuestas reactivas), mientras que el PODRÍA genera posibilidades (respuestas proactivas). Si quieres ver ejemplos de la diferencia entre empezar una frase por una y otra expresión te remito al siguiente enlace.
Entonces,
¿por qué el alumno empezó por un ES QUE…?
Seguramente la respuesta radica en el hecho de que él sabía que su frase no era cierta. Pero como no había traído el libro de texto, intentó mediante esa frase crear una duda en mí. Y para ello utilizó de cómplices al resto del grupo al pronunciarla en voz alta.
¿Cuál es el mayor problema al que se enfrenta un docente cuando un alumno miente?
Personalmente creo que el mayor problema es que en ese momento se carece de la capacidad inmediata de respuesta. Y eso se debe a que la formación ES QUE es una afirmación tan cerrada que genera en el docente una seria duda sobre si lo que ha dicho el alumno es verdad o no.
¿Cuál debería ser la mejor forma de actuar frente a una mentira?
Lo que pienso que no deberías hacer:
- Dudar de la afirmación del alumno si sabes perfectamente que no es verdad.
- Enfadarte con el alumno gritándole o respondiéndole mal.
- Castigar al alumno.
- Ridiculizar o humillar al alumno delante de todo el grupo.
Lo que pienso que deberías hacer:
RESPONDER AL ALUMNO DE FORMA ASERTIVA
Ese fue el error que cometí con ese alumno, no responderle de manera asertiva. Pero de ese error salió una reflexión que me ha permitido combatir la mentira de una manera más efectiva.
Por que la asertividad:
- no es lo que haces, es lo que eres.
- es la capacidad de encontrar el equilibrio entre la agresividad y la pasividad.
- consiste en defender tus derechos de manera inteligente.
Es por ello que, cuando te enfrentes a un alumno de forma asertiva, debes tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Debes responder al alumno de forma calmada, pero firme y contundente a la vez. No seas verbalmente agresivo.
- Empieza tu respuesta pronunciando en voz alta el nombre del alumno, así empatizarás con él.
- Después del nombre del alumno, debes dar una respuesta breve que debería ser algo así como:
- [Nombre del alumno], + la frase que acabas de pronunciar no es cierta. (La expresión «no es cierta» es menos agresiva que la palabra «mentira»).
- A continuación, debes pronunciar una segunda frase que conecte emocionalmente con el alumno. Esta frase debe ser en primera persona. Puedes empezar la frase así:
- Me ha dolido que…, Me gustaría que…, Siento que…
- Tras estas dos frases, viene el momento de proponer una disculpa:
- [Nombre del alumno], me gustaría que te disculparas por la frase que has dicho y que, repito, no es cierta.
- La disculpa de alumno debería ser así:
- [Nombre del profesor], te pido disculpas por la frase que he dicho y que no es cierta. (Esta frase se debe enseñar y hasta me atrevería decir que mecanizar).
Fin del diálogo. Fin de la mentira. Lo bueno de la asertividad es que que no se ceba en el error. Las disculpas, al igual que tus respuestas, también deben ser breves y se las debes enseñar a tus alumnos.
En mi caso también soy partidario de no responder ni con un GRACIAS ni tampoco con frases del tipo: ESPERO QUE NO VUELVA A OCURRIR. Creo que no es necesario.
La reacción del grupo frente a la frase del alumno.
Otro de los inconvenientes con que te puedes encontrar frente a la mentira de un alumno es la reacción del grupo clase. Al ser totalmente impredecible, mi consejo es que evites en todo momento que el grupo opine sobre si la afirmación que ha dicho el alumno es verdad o no.
¿Por qué desaconsejo que el grupo opine?
Pues porque la inmediatez y la contundencia de la respuesta pierde muchísima afectividad. El grupo clase debe convertirse en espectador, pero no en juez y parte entre lo que ha dicho el alumno y lo que le has respondido al alumno. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que no necesitas al grupo para que te den la razón. Tú mismo te bastas si eres realmente asertivo.
Castigo vs. reparación frente a la mentira de un alumno.
¿Por qué no convertir una mentira en una oportunidad? Me explico. Lo más fácil siempre es castigar al alumno ante una falta sea del tipo que sea, incluso si se trata de una mentira. Pero en lugar de castigar lo que puedes hacer es reparar la falta, es decir, reparar la mentira que ha pronunciado el alumno ante todo el grupo.
¿Cómo se puede reparar una mentira?
Una mentira no se repara con un castigo. Se repara pidiendo perdón públicamente. Tras la disculpa no hay diálogo, no hay necesidad de que ni tú ni el resto de compañeros os cebéis con el alumno. El alumno lo ha reconocido y la mentira ha sido reparada, sin agresividad, pero con contundencia.
La reparación evita la frustración y el resentimiento que se infringe con un castigo. Sé que la reparación requiere de más tiempo, pero se trata de un tiempo muy bien invertido porque le enseñas al alumno y al grupo a valorar la falta cometida.
La indefensión ante una mentira. A modo de conclusión.
La educación es tiempo. La reparación de una mentira requiere de dos factores que se me antojan claves: el tiempo que se dedica a reparar la mentira y la asertividad con que se afronta dicha mentira.
Acabo este artículo y me acuerdo de la forma con la que respondí a este alumno. Porque la profesión de docente es una profesión de errores, pero también de oportunidades. Este artículo me ha permitido compartir contigo esta experiencia que llevaba dentro desde hacía demasiado tiempo. Sé que es inevitable escuchar en el aula afirmaciones como:
Es que tu habías dicho que esto no entraba en el examen
Profe, yo no tengo esa fotocopia / Profe, a mí no me la has dado (la fotocopia)
Profe, tú dijiste que…
Espero que como docente, cuando mañana te enfrentes a este tipo de afirmaciones, te acuerdes de este artículo y te permita reaccionar desde la reparación. Si es así, esta entrada habrá cumplido con su cometido.
Acabaré con una cita que creo que resume a la perfección esta entrada:
La verdad os hará libres (Jn, 8, 32)
Mercy Jaramillo says
Cuanto más humano, más asertivo… Excelente artículo, Santiago. Gracias por compartir tu experiencia con tanta naturalidad y, por enseñarnos con tu ejemplo, a reconocer que no somos infalibles y, que por amor a esta preciosa vocación -la enseñanza- podemos convertir una equivocación en un lección de vida riquísima, porque nunca mejor dicho: «La verdad -siempre- nos hará libres»
Santiago says
Muchas gracias Mercy
Milton Oliva says
Excelente, A partir del próximo año cumpliré un nuevo rol, después de algunos años en la docencia debo asumir como directivo y sé que serán de mucha utilidad todos estos artículos. Mil gracias nuevamente y saludos desde Colombia.
Santiago says
Gracias Milton por tu aportación
Lidón says
Como siempre genial!
Gracias por compartir tanto, es un placer leer tu blog!
Santiago says
Gracias Lidón 😉
maría Nelly Quintana Trujillo says
soy estudiante de educación básica, 7 semestre, a mediado de este año empece a leer sus artículos, que por cierto me han ayudado a entender mejor porque quiero ser docente ; gracias por compartir sus conocimientos con toda la humanidad.
Santiago says
Muchas gracias María
Martha Olga Montes de Oca Acebo says
Parece que muchas actitudes de los alumnos son una especie de moda, si en un grupo pasa algo que hace que un maestro se moleste, se lo copian y lo hacen los demás grupos. Este consejo es muy oportuno. Sólo hay que recordarlo, no caer en el juego. Gracias
Santiago says
Un placer Martha. Cordiales saludos
MANUEL ANTONIO SALDAÑA RUBIO says
LA VERDAD, NOS HACE LIBRES, MUY BIEN EXPRESADO.
FELICITACIONES SANTIAGO MOLL DE JUSTIFICA TU RESPUESTA.
Bélgica Macedo says
Me parece muy interesante la forma cómo enfoques la situación, y pienso que para todos una mentira no debe dejarse pasar por alto venga de quien venga, sino buscar la reflexión oportuna y las disculpas necesarias.
Santiago says
Muchas gracias Bélgica por tu aportación
Mar says
Santiago añadiría algo al blog que a mí me va bien.
Cuando surge esa situación pido al alumno/a que analice su afirmación objetivamente para diferenciar el «Yo sé», «Yo creo», «Yo recuerdo», «Yo quiero»…
Otro punto es analizar de quién es la responsabilidad real de la acción.
Ejm: Si dices que no te he dado la fotocopia nuevamente es porque ya di una. La responsabilidad del alumnado es no perderla.
Pero si se ha perdido pide una nueva, cópiala, escanéala… Pero la responsabilidad sigue siendo de la misma persona.
No se puede transferir la responsabilidad bajo la máscara de una mentira.
Alichi says
El apoyo que recibo con tus consejos y lo que aprendo no se paga con dinero. Además es una formación in situ y continua. Gracias por tu generosidad y no dejes de compartir.
Santiago says
Muchas gracias Alichi. Celebro que te sea de utilidad. Un saludo
María says
Gracias por esta entrada.
Lo que no tengo hlaro es que el alumno reconozca que lo que ha dicho no es cierto,y no sé qué se podría hacer en ese caso.
Santiago says
Gracias María. SI no lo reconoce no hay que seguir el diálogo. En eso consiste la asertividad. Ser contundente
Mar says
Se me olvidaba.
En clase conversamos siguiendo estos pasos
– qué ha pasado
– qué pienso
– cómo me siento
– qué voy a hacer
– cuál es el posible resultado que obtendré
Por lo que poco a poco «aprenden» que la mentira no es un camino a seguir y obtienen otras herramientas y estrategias más eficaces y productivas para todos. Sin quedarse en echar culpas, mentir, eludir responsabilidad…
Interesante tema
Pero terminó con una pregunta
¿Y si en lugar de disculpa inmediata como propones en el post insiste en su versión? ¿Qué propones Santiago?
Santiago says
Gracias Mar. SI insiste hay que cortar por lo sano. No hay diálogo. En eso consiste la asertividad
Alejandro Palacios Martin says
Muchas gracias.
Marìa Vàsquez says
Lo pondrè en práctica, son tan hàbiles los estudiantes cuan do no han traido su material de trabajo que nos hacen dudar, feliz Navidad y un próspero año 2016, Santiago , que sigan sus èxitos.
Ma, del Carmen says
Concuerdo completamente con la asertividad en las respuestas, mas es difícil que un alumno pida disculpas, sobre todo cuando hay un directivo como en mi caso en donde que todo lo escucha e interviene como juez y parte.
Santiago says
Muchas Gracias
Hugo S. says
Excelente. Dudé un poco en abrir el post por las actividades de fin de año. Y vaya que valió la pena hacerlo. Curiosamente, a pesar de lo útil que ha sido compartirnos tu experiencia con el alumno, me quedo con las 3 características que has mencionado de la asertividad. Cuán bien describes -y de una manera tan sencilla- esa poderosa cualidad que nos permite ser nosotros mismos sin dañar a los demás. Eché mano del papel y pluma más cercanos para anotarlas. Recibe un saludo y abrazo cordial Santiago. ¡Muchas gracias!
Jose M says
Hola! Con respecto a la intervención del grupo, a veces es bueno dejarlos hablar. Siempre tendremos un alumno que, por diversas razones, nos va a llevar la contraria. Si el grupo lo apoya, sabremos que es un líder negativo. Pero si el grupo no lo apoya, inmediatamente quedará desarticulado.
Santiago says
Gracias por tu aportación José. No te falta parte de razón. Un saludo
materesa says
Como siempre…tan valioso leer.cosas a las que te enfrentas todos los dias y ver que hay gente.como tu que intenta ayudar.