La Ley de Illich es una ley relacionada con la productividad que hace tiempo que tengo muy presente en mi labor como docente. Aunque algunos consideran la Ley de Illich como una ley de productividad menor, lo cierto es que debe tenerse muy en cuenta en función del tipo de actividad que lleves a cabo.
Desde Justifica tu respuesta han sido varios los artículos referidos a la productividad y su relación con la docencia. Algunos de estos artículos han estado relacionados con Las leyes de Acosta, el Principio de Pareto, la Técnica Pomodoro o la Ley de Parkinson. Todos ellos ha supuesto para mí un gran avance en cuanto a términos de productividad personal y profesional y me atrevería a decir que también ha permitido que el blog haya sido capaz de generar tanto contenido en tan corto espacio de tiempo. Así que en el artículo de hoy desarrollaré qué se entiende por la Ley de Illich o Ley de productividad negativa a partir de cierto umbral e intentaré darte algunas pautas para que la tengas presente y tu productividad profesional no se vea afectada por esta ley. Así que no te entretengo más y te invito a que sigas leyendo para aprender a superar lo que se denomina la productividad negativa.
Imagen extraída de Shutterstock
¿Quién es Iván Illich, el padre de la denominada Ley de Illich o productividad negativa?
Iván Illich (1926-2002) fue un pensador austríaco muy conocido tras la publicación de su libro La sociedad desescolarizada, un libro que criticaba de manera feroz el sistema educativo basado en la economía moderna y reducido al consumismo y a la esclavitud del currículum. En este sentido cabe decir que Iván Illich fue un firme defensor del autoaprendizaje como forma de realización personal y fomentada en el valor del intercambio de información fruto de la conversación.
Pero además de su famoso y polémico libro también se le conoce como el creador de lo que se denomina la productividad negativa a partir de cierto umbral. Dicha ley fue desarrollada en la Universidad Estatal de Pensilvannia en 1980 y decía lo siguiente:
«Después de un cierto número de horas, la productividad del tiempo invertido decrece primero y se hace negativa después».
Gráfico que representa la productividad negativa o Ley de illich
¿Qué te enseña la Ley de Illich?
La Ley de Illich te enseña algo que en términos de productividad es fundamental: trabajar más horas no significa trabajar mejor. Por tanto, no hay que cometer el error de querer trabajar más, sino de querer trabajar mejor para, trabajando menos, ser más productivo. Esta última afirmación puede resultar paradójica pero estoy convencido de que ahora te vienen a la cabeza largas e interminables jornadas de trabajo en las que has realizado muchas horas y tras estas horas te has dado cuenta de que el trabajo en proporción a las horas trabajadas no es ni muchísimo menos satisfactorio.
Por tanto, de lo que se trata es de que organices lo mejor posible tu tiempo de trabajo. Esto significa que hay que pasar un tiempo previo pensando en qué vas a trabajar y cuál es la mejor manera de que este trabajo salga adelante en el menor número de horas. Pero además de pensar de qué manera eficiente vas a trabajar, también es fundamental respetar los tiempos de descanso que cualquier actividad requiere.
Lamentablemente, en muchos países existe la idea errónea de identificar la cantidad de trabajo con el prestigio en dicho trabajo. Cada vez está más extendida la idea de que para ser bueno en un trabajo hay que trabajar muchas horas o en muchos casos permanecer muchas horas en el lugar de trabajo, cuando lo importante no es estar, sino ser eficaz y eficiente el tiempo necesario para realizar lo que te has propuesto. Mucha gente habla de cantidad, pero pocos son los que hablan de calidad, eficiencia y eficacia. Muchas personas se vanaglorian en sus puestos de trabajo de que están muy ocupadas, cuando lo importante no es estar muy ocupado, sino ser encontrar el equilibro entre la eficiencia de lo que haces y la eficacia con que lo haces.
Un ejemplo de productividad negativa. El buscador de Google.
Se me ocurre un ejemplo clarísimo de productividad negativa en el que seguramente, como, yo, tú también hayas caído.
Cuando se busca una palabra clave en la barra del buscador de Google, al instante aparecen una cantidad ingente de resultados de la palabra que has elegido. Pues bien, lo normal es que vayas abriendo los enlaces de los primeros resultados. También es normal que tras haber abierto todos los links de la primera página, no estés del todo satisfecho con lo que estabas buscando. En ese momento es cuando empiezas a buscar en la páginas 2, 3, 4… Y de estas páginas, ¿cuántas veces has obtenido una información más relevante que las opciones de la primera página de resultados? Seguramente han sido muy pocas. Ahí es cuando debes darte cuenta de que tu productividad en cuanto a búsqueda está decreciendo y de cada vez los enlaces que vas abriendo son menos relevantes. Mientras estás buscando resultados de tu palabra clave, tienes la sensación de que estás trabajando y que lo estás haciendo sin interrupciones, pero el tipo de productividad es totalmente improductiva porque las páginas que estás consultando poco o nada tienen que ver con lo que estabas buscando. Ahí es cuando se aplicaría la Ley de Illich y tu productividad empezaría a ser negativa.
Este ejemplo que hemos vivido seguramente todos en mayor o menor grado es un claro ejemplo de productividad negativa. Y lo peor es que mucha gente se engaña pensando que está trabajando, cuando no es así.
¡Cuánto tiempo pasamos buscando algo que por nosotros mismos seríamos capaces de crear en menos tiempo que el que invertimos haciendo la búsqueda!
Cómo ser productivo y no caer en la Ley de Illich.
Una vez tengas claro que para ganar tiempo en tu trabajo hay que dedicar tiempo a cómo organizarlo, hay otro aspecto que también resulta fundamental y son los períodos de descanso durante tu jornada laboral. Es determinante que establezcas una proporción entre tiempo de trabajo y tiempo de descanso. En este sentido hay varias tablas para medir tu trabajo. Es importante que tengas cada una de estas tablas presente porque en función del tipo de trabajo que realices podrás usar una u otra. Por ejemplo, no es lo mismo corregir preguntas abiertas en un examen que corregir una prueba tipo test. Como tampoco es igual preparar una actividad para el día siguiente que editar un vídeo elaborado en una sesión lectiva.
Las cajas de tiempo o cómo vencer la Ley de Illich.
Las cajas de tiempo son una excelente solución para evitar la productividad negativa. Porque las cajas de tiempo te permiten decidir por adelantado el tiempo que piensas trabajar y, aún más importante, el tiempo que debes descansar. Aquí tienes las tres cajas de tiempo más conocidas.
1. Trabajar 10 minutos y descansar 2. Aunque pueda parecer un tiempo de trabajo muy corto, puede ser muy efectivo para actividades como la de mandar o redactar un correo electrónico, redactar el enunciado de una prueba, pensar la puntuación de una prueba o actividad. El hecho de saber que trabajarás durante diez minutos de manera muy intensa es algo que te reportará enormes beneficios y, además, lograrás vencer la siempre temida Ley de Parkinson y la procrastinación.
2. Trabajar 25 minutos y descansar 5. Esta franja de productividad es la archiconocida Técnica Pomodoro. En su momento realicé un artículo expresamente para esta técnica. Debo confesar que a día de hoy ha sido la que mejor resultado me ha dado y la que me ha permitido no caer en la Ley de Illich. Si quieres saber más sobre la Técnica Pomodoro, aquí te dejo el enlace. ¡Te va a encantar!
3. Trabajar 12 minutos y descansar 12. Esta es otra caja de tiempo que goza de muchísima popularidad en lo referente a productividad. Esta caja de tiempo está básicamente pensada para tareas que a priori puede resultar algo mecánicas o poco motivadoras. también permite entrar en lo que se denomina períodos de máximo rendimiento donde algunas personas son capaces de tener una productividad muy elevada y sin interrupciones. Al ser un tipo de productividad tan larga, el descanso también debe ser proporcional y debe ir acompañado de una pequeña recompensa.
¿Qué beneficios te aportan las cajas de tiempo y por qué te permiten evitar la Ley de Illich?
- Las cajas del tiempo te permiten tener controlada la procrasinación, es decir, ejercen una presión sobre ti para que puedas llevar a cabo las tareas que tienen encomendadas sin que tengas la tentación de posponerlas.
- Es muy útil para personas con dificultades de atención y concentración, ya que las cajas de tiempo reducen y controlan la dispersión en el trabajo.
- Te enseñan a trabajar bajo al presión del reloj, bajo la presión del tiempo. Por tanto, no eres tú el que decide cuándo finalizar una tarea, sino el tiempo que has decidido destinar a esa tarea.
La ley de Illich. A modo de conclusión.
En una sociedad de consumo donde se valora lo eres por lo que trabajas, la Ley de illich es una reflexión muy válida para darte cuenta de que el trabajo no se mide en horas, sino en resultados. Otro aspecto que me gustaría destacar de este artículo es la importancia de tener en cuenta las cajas de tiempo y darle un gran valor a los períodos de descanso que las tareas conllevan. Cada vez más contemplo a mi alrededor personas que no para de repetir que están muy ocupadas. Pero, ¿qué significa estar ocupado? ¿Qué productividad implica el estar ocupado todo el día? Tal y como afirma Tim Ferriss en su libro La semana laboral de 4 horas, estar ocupado es no es lo mismo que ser productivo. De hecho, cuanto más ocupado creas que estás, más tiempo estarás perdiendo. Porque estar ocupado en palabras de Tim Ferris es una forma de pereza, de pensamiento perezoso y de acción indiscriminada.
Espero que este artículo te haya servido para reflexionar de qué manera trabajas y cómo concibes tu productividad. Y piensa en la Ley de Illich cuando lleves mucho tiempo trabajando y veas que cuanto más trabajas, menor es el rendimiento.
Libro recomendado:
Santiago Mañas says
La productividad negativa existe. No solo en la docencia, sino el cualquier actividad. Sea debido al exceso de horas de trabajo o al sobre-esfuerzo, el caso es que se acaba produciendo agotamiento.
A partir de un cierto umbral de agotamiento nuestra capacidad está seriamente mermada, de forma que nuestras decisiones no solo no son las mejores, sino que, probablemente, llevarán a situaciones que deban ser, más tarde, resueltas o retrotraidas.
En otras palabras: a partir de cierto umbral nuestro trabajo es negativo, no solo inútil, sino mucho peor porque las consecuencias serán muy probablemente que, luego tengamos que arreglar los entuertos producidos en esa situación de agotamiento.
En el mundo industrial, la mayoría de accidentes laborales se producen por este hecho: llegar más allá del punto donde la mente es capaz de tomar buenas decisiones. Y ahí las cosas son aún peor, porque las decisiones incorrectas no solo generarán más trabajo (que no hubiese sido necesario en otro caso) sino que, en el peor de los casos, las consecuencias pueden ser irremediables.
Carlos Iñón says
Sesión lectiva debe ser sesión colectiva.
Bajo al presión debe ser bajo la presión.
Muy interesante, lo comparto. Abrazo.
Santiago says
Gracias Carlos. Tomo nota
Mario says
Acabo de incorporarme a su página, a la que llegué por azar en la búsqueda de opiniones sobre Prezi. El artículo que leí me pareció suficientemente atractivo como para darme de alta aquí. Creo que hay cosas interesantes, pero es cosa de verlo con más detenimiento.
Quiero comentar algo acerca del texto sobre Illich. Soy profesor y también soy universitario. Conozco algo de la obra de Illich y lo admiro. Así que no comparto la perspectiva del autor de este artículo porque me parece que traslada una idea muchísimo más profunda y compleja, al ámbito escolar (a ciegas y a la ligera). En ese proceso, descuida dos cosas: 1) cuáles serían las implicaciones de la crítica de Illich a la escolarización de la sociedad (en detrimento del conocimiento), en un espacio como este, en el que -hasta donde puedo ver- se busca la eficiencia académica. Illich demuestra que las escuelas cometen una petición de principio sencillamente por sostenerse en torno a los objetivos estatales, capitalistas, globalizadores y productivos que dicta el mundo. Ante tal situación, ¿qué tiene que decir esta página, esmerada en cuestiones relativas a la escolarización? Si hay una pregunta desafiante con la lectura de Illich, es esa, y no la de cómo impedir «La ley de Illich». Creo que, si hay seriedad, esa pregunta es absolutamente fundamental para responder. Porque atañe a la razón de ser de esfuerzos pro-educativos como este.
2) Precisamente, el punto de referir una cosa tal como «La ley de Illich» es muy irresponsable ante la lectura del autor, porque tal ley únicamente tiene sentido considerando que su objetivo es nuestro mundo, tendiente a industrializarse cada vez más, ofertando no sólo productos sino servicios, los cuales llegan a ser tanto o más perjudiciales que los primeros. ¿A qué se refiere Illich cuando habla de servicios? ¿Cuáles son los servicios que pueden ser más perjudiciales que el consumo de productos que desgastan el medio ambiente? Precisamente, uno de ellos es la educación. Otro es la medicina institucional (contra la cual escribió ‘Némesis médica’). Es decir, no hay una «Ley Illich» que pueda ser llevada así de sencillo a todos los ámbitos que uno guste. Al ver de pronto la erudición de Illich equiparada con las «cajas de tiempo», se percibe que hay una enorme disparidad contextual y cognoscitiva entre un hombre absolutamente comprometido con una causa, y unos consejos para ser más productivo, algo así como si un oso se dedicase a diseñar trampas para cazar osos.
Seguramente existe una ley en la que se estipule que el desgaste es antiproductivo o improductivo, pero hay que buscarla en el lugar adecuado, muy probable es que haya sido promulgada en economía, hace muchísimos años antes del nacimiento de Illich. Finalmente, la última inconsistencia que encuentro es la falta de datos biográficos sobre este gran hombre.
El ánimo de este comentario es fomentar, precisamente, que se justifique la respuesta.
Gracias
Santiago says
Gracias Mario. Hay que entender que los artículos deben verse como un punto de partida y no de llegada. La aproximación que propones se acerca más al ensayo que el carácter divulgado de este artículo. Muchas gracias por tu sinceridad y profundo conocimiento acerca de este autor.
Bismarck Villanueva Fajardo says
Como siempre los análisis de las lecturas de los distintos libros que recomiendas nos remueven las estructuras mentales de las estrategias que utilizamos los docentes en el interactuar con los alumnos para el logro de los aprendizajes,esta Ley de Illich,me parece muy productiva y de fácil aplicación.Saludos y gracias por compartir tus saberes.
Joaquín Ortega Ruiz says
Yo lo que peor llevo son las interrupciones que te llevan a realizar un cambio de contexto en lo que estaba haciendo.
En algún sitio he leído que los cambios de contexto te suponen una pérdida de 10 a 15 minutos para volver a centrarte nuevamente en el trabajo interrumpido.
Aparte de eso, sesiones con muchos cambios de contexto suponen a la larga una fatiga mental acumulada de la que la primera sacrificada es la llamada plasticidad de nuestro cerebro.
No todo el mundo respeta tus pomodoros ;-), eso también requiere la disciplina de los que «mandan» sobre tí.
Salu2.
Santiago says
Buena reflexión Joaquín
roser batlle says
Excelente reflexión! Me preocupa especialmente cuando los docentes se ponen a escribir artículos y se pierden. Lo mejor es enemigo de lo bueno!
Santiago says
Muchas gracias Roser. Es difícil no caer. Por eso es tan importante conocer estas leyes. Un cordial saludo
Vladimir Quintana says
Simplemente gracias, me abre los ojos, más bien me abre la mente.
Isabel Alarcón says
Gracias por el artículo. Muy interesante. Sólo quiero comentar que paradójica se escribe con j y no con g. (ya lo revisé en el diccionario). Gracias nuevamente.
Santiago says
Gracias Isabel. Ya está rectificado
Gracia Jimenez Valero says
Fundamental la gestión del tiempo, puede llegar a ser nuestro aliado. Como docente yo también he padecido la irracionalidad de «más horas es mejor». Una competencia transversal que conquistar.
Manuel says
Gracias, Santi. La ley de Illich es muy similar al la ley deminishing return o retorno decreciente: llega un momento a partir del cual el resultado disminuye.
No obstante, me apunto lo de las células temporales y voy a aplicarlas en mis actuaciones en pequeño y gran grupo.
Un saludo,
MFC