Buena parte de los artículos de este blog tienen una cuidada planificación, otros artículos como el que pretendo escribir son más impulsivos y viscerales. Artículos que no salen tanto de la experiencia, sino del corazón, con todos los riesgos que ello supone ante las susceptibilidades de cada uno.
La entrada de hoy quiere ser una reivindicación y a la vez un homenaje a una compañera de trabajo, Lola, que hace poco tomó la decisión de como dice ella «llevar a cabo una retirada a tiempo«. Su retirada o jubilación da igual como queráis que lo llame me afectó significativamente porque ha sido una compañera con la que he trabajado codo con codo durante estos últimos años, con la que he compartido viajes de estudio, reuniones de tutores, sesiones de evaluación, charlas en la sala de profesores… Una compañera de la que he aprendido tanto como me he divertido, de una amiga, de una Maestra de Primaria…
Hace ya varias décadas que un buen número de Maestros y Maestras de Primaria «desembarcaron» en centros de Secundaria. Lola fue una de ellas. Lo cierto es que tanto para estos Maestros como los Docentes de Secundaria fue algo visto con ciertas reticencias. ¿Qué hacían estos Maestros en un instituto? ¿Qué serían capaces de aportar a los centros de Secundaria? ¿Cómo se adaptarían a sus nuevos centros? ¿Qué relación tendrían con los de Secundaria? Estas y muchas otras preguntas eran las que se hacían en esos momentos. Visto ahora desde la perspectiva que da el paso de los años y como Profesor de Secundaria estoy en condiciones de afirmar que su llegada a los centros de Secundaria fue crucial y quien ganó al final, no fueron ni los centros ni los compañeros de Secundaria, sino que fueron los alumnos.
¿Qué he aprendido yo, Profesor de Secundaria, de los Maestros de Primaria como Lola?
- Experiencia. Muchos de los Maestros de Primaria que se incorporaron en centros de Secundaria hace ya unas décadas, vinieron con una larga trayectoria docente a sus espaldas. Maestros con una gran preparación que han sido capaces de volcar toda su experiencia en las aulas y de la que los demás, entre los que me incluyo, hemos aprendido muchísimo.
- Pedagogía. Si de algo estoy convencido es que los Maestros de Primaria nos aventajan a los de Secundaria no sé si en enseñar, pero sí en cómo enseñar. Son profesionales que a la experiencia de años de docencia hay que añadirle la pedagogía, el cómo enseñar a aprender, recursos pedagógicos que son fruto de enfocar las materias desde una perspectiva eminentemente didáctica y menos magistral.
- Vitalidad. Buena parte de los Maestros de Primaria con los que he trabajado me han doblado la edad, y aún así tengo la sensación de que son infinitamente más activos y más vitales que yo. No sé explicarlo muy bien, pero Maestros de Primaria como mi compañera Lola son auténticos «huracanes». Son personas con una enorme personalidad y presencia, tremendamente activos y con mucha iniciativa propia.
- Espíritu crítico. Los Maestros de Primaria, seguramente por los años que da la experiencia, son docentes con un gran espíritu crítico. Y cuando me refiero al espíritu crítico lo hago desde la perspectiva constructiva. Son un colectivo al que los institutos debemos tener en cuenta porque ellos pueden aportar unos conocimientos y, sobre todo, un punto de vista, del que los Profesores de Secundaria carecemos. La perspectiva que te dan los años y la experiencia nunca deben verse como un conflicto, sino como una oportunidad.
- Capacidad de trabajo. Hay que reconocerlo, nadie puede seguir el ritmo de Lola en nuestro centro. Es admirable ver a muchos de mis compañeros de Primaria de mi centro participar en actividades organizativas, culturales, extraescolares… Su capacidad de trabajo es algo que admiro enormemente y que en muchas ocasiones me sirve como acicate para exigirme más a mí mismo.
Estas son algunas de las muchas cualidades que he ido encontrando en Maestras como Lola. Debo confesaros que cuando hace ya más de una década entré como Profesor de Secundaria en un instituto, fueron personas como Lola las que más me ayudaron y, por ende, de las que más he aprendido.
Vaya por delante en este artículo mi más sincero homenaje a Lola y a todos los Maestros de Primaria cuya relación con los de Secundaria no siempre ha sido la más idónea. Tan cerca, tan lejos…
Quisiera acabar este artículo con una cita que creo que ilustra a la perfección lo que os he intentado transmitir en este artículo:
«Un profesor es el que te enseña, un maestro es del que aprendes»
José Luis Ríos says
Es relativamente fácil de entender, para un docente: la enseñanza superior se apoya sobre la secundaria, y ésta sobre la primaria. Si falla la primaria todo se viene abajo. Un fuerte abrazo.
smoll73 says
Totalmente de acuerdo contigo José Luis. Lamentablemente, aún tengo, a sensación de que existe una fractura entre Primaria y Secundaria. Tal vez gente como nosotros es la que debe crear puentes para un acercamiento tan necesario como productivo. Un saludo.