Ha pasado más de una década desde que aprobé las oposiciones para ser profesor de Secundaria. Aún recuerdo las horas de estudio y dedicación para aprenderme los 72 temas del temario de oposiciones. También me acuerdo perfectamente del tema que desarrollé, los comentarios de texto que realicé y la Unidad Didáctica que tuve que defender en la prueba final. Fueron casi cuatro semanas muy intensas que finalizaron exitosamente.
Imagen extraída de Shutterstock
Ahora echo la vista atrás y me doy cuenta de lo mucho que sabía por aquel entonces, de lo mucho que dominada cada uno de los 72 temas correspondientes al temario de Filología Hispánica. Me sabía de memoria una gran cantidad de definiciones, bibliografía, autores, corrientes lingüísticas… La sensación que tenía al haber superado unas oposiciones era de una enorme seguridad. Me creía preparado para ejercer la profesión de docente en un instituto porque, efectivamente, me había convertido en un especialista que había conseguido superar un durísimo proceso de selección. ¡Qué ingenuo fui por aquel entonces! La perspectiva que te da el tiempo es un excelente remedio contra la falta de humildad.
Menos es más. No es cuánto enseña, sino cómo enseñas.
Hace unos días, haciendo limpieza en mi casa, me encontré por casualidad el temario de oposiciones que me ayudó a obtener la plaza de funcionario. Eran nada más y nada menos que diez tomos fotocopiados de unas cien páginas cada tomo. Cogí uno de ellos al azar y me di cuenta del color amarillento de las hojas y de cómo el tiempo, o mejor dicho, el paso del tiempo, había borrado de mi memoria buena parte de las más de mil hojas que constituía el temario…
Cada vez son menos las definiciones que recuerdo de memoria, así como la bibliografía, las fechas de nacimientos y defunciones de autores y un sinfín de datos y más datos. Pero debo decir que ni me importa ni me preocupa lo más mínimo. Y os explicaré por qué.
Lo bueno que tiene trabajar de forma ininterrumpida durante más de una década es que la memoria se va sustituyendo día a día por la experiencia. En mis clases no tengo el más mínimo reparo en confesar que no tengo ni idea del año en que nació Federico García Lorca o cuál era el nombre real de Pablo Neruda. Y no me importa porque sólo es pura y mera información, datos, los mismos datos que tengo guardados en las hojas amarillentas del temario de oposiciones y que puedo encontrar en Google en pocos segundos.
Cada vez sé menos datos, lo reconozco, pero me considero mejor docente. Creo que he sido capaz de sustituir parte de la información por experiencia y pedagogía. A día de hoy casi no invierto tiempo de preparación de clases en buscar un sinfín de datos. La mayor parte del tiempo la dedico a pensar en cómo puedo explicar un poema de Federico García Lorca o cómo puedo hacerles ver a mis alumnos una imagen en unos versos de Pablo Neruda. Para mí lo esencial de mi trabajo reside en cómo enseño aquello que explico, es decir, qué pedagogía aplico para que mis alumnos aprendan y, con ello, puedan aprender a aprender.
A lo largo de mi vida he tenido muchos profesores que sabían mucho y enseñaban poco y profesores que reconocían que sabían poco, pero que me enseñaron parte de lo que sé.
Cuando estés en clase piensa en si vale la pena que tus alumnos se aprendan de memoria la definición de la figura retórica de la imagen o en su caso es mejor hacer que todos los alumnos se levanten de sus sillas, miren un árbol del patio del instituto y a la pregunta de qué ven en ese árbol te respondan: ese árbol es una escoba que barre las nubes del cielo…
Porque menos es más
Mer says
¡Gracias por este artículo! Ahora mismo me encuentro en tierra intermedia: trabajando en un instituto mientras preparo oposiciones, así que… me identifico con lo que dices 🙂 ¡Feliz año!
smoll73 says
Gracias Mer. Feliz Año Nuevo para ti también
laimpertinente says
Me conmovió tu artículo, Santiago, con el que me topé por pura casualidad. Yo también enseño, entre otras cosas. Y coincido totalmente con lo que dices. Felíz Año Nuevo
smoll73 says
Muchas gracias. Es un placer levantarse por la mañana y encontrarse estos comentarios. Muy agradecido.
Anyeluci says
El blog lo tengo entre mis favoritos; no lo tengo en mi mesita de noche porque todavía no se ha convertido en libro todo lo maravilloso que escribes, pero el día que te propongas a poner tus ideas en un libro lo tendré como mi libro de consejos e ideas, mejor, mi libro de inspiración, para escribirlo junto, apuntar mis ideas, subrayar (de colores) las tuyas y poner en práctica lo mejor por la enseñanza de LE. Buenos días, soy profesora de ELE para la secundaria, brasileña y apasionada del idioma Español. (perdóname por mis errores al escribir)
smoll73 says
Me ha emocionado muchísimo tu comentario, Anyeluci. Celebro que te gusten mis artículos y te sean de utilidad. En breve tengo intención de empezar un libro. A ver si el tiempo me lo permite. Motivación tras comentarios como el tuyo está claro que me sobra. Un cordial saludo.
Ilargi Garcia says
Enhorabuena, muy buen artículo. Yo, aunque lleve menos tiempo en la enseñanza, también me identifico. No porque haya hecho oposiciones, sino por todo el tiempo que he invertido en estudiar. Pero como bien dices, nada te enseña como la experiencia. Lo importante no es memorizar las partes que tiene el árbol, sino saber lo que significa el árbol para nosotros. Un saludo.
smoll73 says
Gracias Ilargi. Me ha encantado la imagen que has utilizado. Un cordial saludo
Malva says
Yo también espero tu libro!
ester says
graciaspor compartier su srticulo |viva usted|
David Palencia says
Hola Santiago!
Me ha encantado tu artículo. En mi caso, a la hora de enseñar y hacer a los alumnos aprender inglés, es más importante si cabe. Un segundo idioma es algo que debe asentarse en el cerebro, al que hay que diseccionar poco a poco, y de nada sirve pegarse un atracón de teoría si los mecanismos básicos no están claros.
Me gusta mucho eso que dices de hacer a los alumnos aprender a aprender, ese era el objetivo con el que empecé mi página web, escribí el ebook, etc. Creo que el buen docente es el que se hace cada vez menos y menos necesario (hay una cita famosa por ahí), y es más importante asentar cimientos que acabar un temario en el plazo indicado.
Un saludo!
smoll73 says
Muchas gracias David 😉
Juan Carlos says
Buenas tardes!
Excelente artículo! En este caso me dedico a la creación de productos y servicios para que las personas aprendan idiomas de una forma sencilla. Totalmente de acuerdo, la primera cosa que debe de hacer todo alumno es aprender a aprender.
Al igual que tu dejé hace algunos años esos temarios universitarios interminables y hay veces que ya la memoria no da como cuando eras mucho más joven, por eso me animé a crear un método para ejercitar la memoria 🙂 Todo en la vida es moverse ante posibles obstculos.
Un saludo y genial artículo.