Este artículo tiene la intención de hablar del miedo o, mejor dicho, de los miedos que tenemos todos aquellos que ejercemos la profesión de docente. Pero este artículo no sólo es un artículo acerca de nuestros miedos, es un artículo por y para valientes. Son muchas las situaciones que vivimos en nuestra práctica docente en la que el miedo nos puede llegar a paralizar. Es por ello que esta entrada está pensada no para aquellos que tienen miedo, sino para aquellos que, reconociendo sus miedos, son capaces de enfrentarse a ellos para superarlos desde la más absoluta determinación y valentía.
Fotografía del banco de imágenes de Cenice
¿Qué entiendo por el miedo del docente?
Todos sabemos lo duro que es enfrentarse todos los días a un grupo de alumnos. Muchos de nosotros hemos tenido grupos realmente muy complicados de gestionar. Grupos que se han convertido en una auténtica pesadilla y donde la palabra enseñar en ocasiones se queda en un segundo plano.
Desde mi experiencia personal, debo confesaros que he padecido esta clase de grupos. Hoy me he decidido a contaros cuáles eran mis miedos por aquel entonces y de qué manera los he superado. Ten por seguro que no son fórmulas mágicas, pero creo que pueden ser un punto de partida para que enfoques la gestión de estos grupos con la mejor de las predisposiciones.
¿A qué le tenía miedo?
Recuerdo hace años una clase que era absolutamente terrible, o al menos esa era la percepción que tenía. Se trataba de una clase con una enorme diversidad en la que una parte de alumnos tenía unos problemas conductuales realmente importantes. A este grupo le impartía la asignatura de Lengua Castellana y Literatura tres días a la semana y, para más inri, a últimas horas de la mañana.
El error más importante que cometí fue sin duda el de rendirme desde el principio. Me autoconvencí de que no había nada que hacer con ellos, que de lo que se trataba era de aguantar la sesión lectiva y sobrevivirla de la mejor manera posible. Pero mi rendición se convirtió automáticamente en mi perdición. Recuerdo que no podía dejar de pensar en aquel grupo, la noche anterior ya pensaba en que al día siguiente tenía que impartirles clase, contaba las horas que faltaban para darles clase, llegaba el viernes y pensaba que era muy afortunado porque estaría unos días sin verlos.
Si os fijáis en lo que acabo de escribir, os daréis cuenta de que no impartía clase a ese grupo tres sesiones lectivas a la semana, les impartía clases todas las horas del día. No podía parar de pensar en el grupo, pero no hacía nada para cambiar la situación. Todos sabéis lo paralizante que puede resultar el miedo. Ahora, pasados los años, me doy cuenta de que el problema no era el grupo, sino la gestión del miedo que hice de ese grupo.
Precisamente, este curso académico tengo grupos mucho más complicados que el que tuve hace años. Pero puedo decir que a estos grupos ya nos les tengo miedo. He sido capaz de establecer unas estrategias y cambiar la visión de mí mismo y he logrado pasar de la angustia de entrar en un aula, al placer de enseñar a un grupo enormemente diverso. ¿Quieres saber cómo lo he conseguido? Aquí tienes algunas respuestas:
Cómo vencer al miedo.
1. Planificación. Prepárate a conciencia aquellas clases en las que tengas los grupos más difíciles. Es fundamental que previamente a la impartición de la clase, seas capaz de visualizarla. Debes intentar anticiparte a todo lo que podrá ocurrir durante aquella sesión lectiva. No dudes que la mejor clase es aquella clase que parte del trabajo previo, de la preparación concienzuda.
2. Autoconcepto. Si quieres vencer tu miedo, debes en primer lugar cambiar el autoconcepto que tienes del grupo y de ti mismo acerca del grupo. Convéncete de que tienes las estrategias para hacerte con las riendas de ese grupo. Porque cuando cambias tu autoconcepto es cuando dejas de rendirte y te pones a luchar para que las clases salgan adelante. La rendición es tu peor enemigo. Ya hablé de la importancia del autoconcepto en el artículo Docente, ¿aplicarías el principio 20/80 a tu profesión y a tu vida para ser más feliz? En este artículo cito una frase de Martín Seligman que resume a la perfección lo que quiero transmitirte: ‘Se puede cambiar lo que se siente cambiando lo que se piensa.‘
3. Reflexión. La rendición y nuestro autoconcepto tienen a otro enemigo que no es otro que la falta de reflexión. El problema del miedo es que tiene un efecto enormemente paralizante. A mayor miedo, mayor obsesión, y mayor obsesión, menor reflexión. Es por ello que si quieres superar el miedo debes analizarlo lo más detenidamente que puedas. Debes intentar verbalizar qué temes de aquellas clase. Y para ello es necesaria la reflexión. A través de la reflexión serás capaz de analizar cuáles son tus puntos débiles y cuáles son tus puntos fuertes. Una vez detectados, entonces céntrate en los fuertes y explótalos al máximo.
4. Flexibilidad. La conflictividad de un grupo debe regirse por encima de todo por el principio de la flexibilidad. Precisamente la flexibilidad es un arma tremendamente poderosa para combatir el miedo. Siendo flexibles en nuestras sesiones lectivas tendremos la oportunidad de modificar aquello que en un principio parecía inamovible.
5. Determinación. No hay mejor forma de superar el miedo que con una firme determinación. Hace tiempo que me convencí de que eres el amo de tu vida, pero también de tu destino. Aprende a distinguir aquello que tú si eres capaz de cambiar. Te pondré un ejemplo muy sencillo al respecto. Normalmente, aquellas clases que más tememos son las que solemos ser más impuntuales. Apuramos al máximo la hora de entrada, porque pensamos que si podemos arañar unos minutos, serán unos minutos en los que no estaremos padeciendo el grupo. Pues bien, esto es un error enorme. Y te diré por qué. Pues porque mucho antes de entrar en el aula ya estás sufriendo. Seguramente llevas sufriendo desde la noche anterior. La determinación te permite pensar en ese grupo sólo para ver qué aspectos puedes mejorar del mismo. Así que lo que hay que hacer es entrar más puntual que nunca, con la mejor de tus sonrisas, con una actitud tremendamente positiva. Eso es enfrentarse al miedo, en eso consiste la determinación. Sobre este punto te recomiendo la lectura del artículo titulado 5 consejos para empezar con buen pie una clase.
6. Autocontrol. El autocontrol está muy relacionado con la inteligencia emocional. Si antes he hablado de la importancia de cambiar nuestro autoconcepto acerca de un grupo conflictivo, ahora quiero referirme al autocontrol que debes gestionar precisamente cuando estás dentro del aula. El autocontrol es el encargado de mantener a raya tus miedos, temores e inseguridades. Cuanto más trabajes el autocontrol, más facilidades tendrás de superar tus miedos. El autocontrol te permitirá gestionar no el miedo, sino las emociones. Si consigues entonces transformar el miedo en autocontrol, te aseguro que la gestión del grupo será tremendamente más fácil.
7. Entusiasmo. El miedo nos vence, pero también nos roba la alegría y el entusiasmo. Y sin entusiasmo es muy difícil poder enseñar. Debemos dar lo mejor de nosotros mismos a cada instante y debemos ser capaces de hacerles ver que nuestro miedo se ha transformado en entusiasmo. ¿Sabes de dónde procede la palabra entusiasmo?
«El sustantivo entusiasmo procede del griego enthousiasmós, que viene a significar etimológicamente algo así como ‘rapto divino’ o ‘posesión divina’.
En efecto, el sustantivo griego está formado sobre la preposición en y el sustantivo theós ‘dios’. La idea que hay detrás es que cuando nos dejamos llevar por el entusiasmo es un dios el que entra en nosotros y se sirve de nuestra persona para manifestarse, como les ocurría —creían los griegos— a los poetas, los profetas y los enamorados.
Todos ellos estaban poseídos por la divinidad y por ello merecían respeto y admiración, pues llegaban a alturas que no podían ni siquiera vislumbrar las gentes de a pie».
8. Pasión. Muy ligado con el entusiasmo encontramos la pasión. Siempre he pensado que la docencia es mitad vocación y mitad pasión. Pues bien, si eres capaz de transmitir pasión en lugar de miedo e inseguridad, te aseguro que serás capa de coger las riendas de tu clase. La pasión simple nos hace mejores en todo.
9. Relativización. Debes ser capaz de mirar tus miedos desde una distancia, desde cierta perspectiva. La perspectiva, junto con la reflexión, te permite afrontar los miedos, diseccionarlos, analizarlos e incluso darte cuenta de que tal vez la percepción que tenías del grupo no era tal vez la más objetiva. Relativizar te permite cuestionarte tu labor docente, te permite salir de ti mismo y valorar cómo enseñas a tus alumnos y cómo gestionas la clase.
10. Acción. Anteriormente he hablado de la reflexión. Pues bien, una vez hemos detectados nuestros puntos fuertes, llega el momento de entrar en acción. De entrar en el aula, con entusiasmo, con pasión, con determinación. Hay que entrar en ese aula con el convencimiento de que estamos en disposición de hacer algo grande, de que tenemos el control y el convencimiento de que esa sesión lectiva tendremos una excelente oportunidad de ganar la batalla a nuestros miedos porque, como he repetido varias veces en este artículo, lo malo del miedo es su inmovilidad, su falta de acción.
Acabaré este artículo con una cita de Fray Antonio de Guevara porque la última palabra de la misma recoge la esencia y la finalidad de este artículo:
El corazón que está lleno de miedo, ha de estar vacío de esperanza
bescuense says
Siempre cosas interesantes. Gracias 🙂
Mònica says
Creo que el lunes voy a entrar en el aula con oto espíritu, me voy a apropiar del enthousiasmós. Gracias
smoll73 says
Y espero que con la mejor de tus sonrisas. Mis mejores deseos.
Virginia. says
Me gusta. Saludos y besos desde España. Virginia.
smoll73 says
Gracias a ti por leerme. Un saludo
rose says
Muchas gracias por tu blog. Me ha ayudado a sentirme un poco más comprendida. Lo he leído como si leyera a un amigo que comparte mi profesión. Yo siento ese miedo con el típico grupo que se porta fatal y me alegra mucho saber que un gran profesor como debes de ser tú, también ha experimentado ese miedo alguna vez y ha podido superarlo a través del esfuerzo y la experiencia. Mis compañeros más mayores me dicen que mi problema con estos chicos es que sonrío demasiado a mis alumnos, que me preocupo demasiado por ellos y que soy demasiado «blanda», pero esta misma actitud me ha ayudado mucho con las demás clases que tengo. Justamente es con el grupo que tiene una dinámica disruptiva la que no me sirve porque, supongo, me ven débil.
smoll73 says
Ánimo Ros, seguro que eres una docente que enseña con y desde la alegría. Mis mejores deseos 😉
yesenia fuentes says
Es un artículo muy interesante porque sin duda alguna los docentes se enfrentan a situaciones muy diversas por las características tan variables de los seres humanos, trátese de la población que sea. Por ello es importante la formación de ciertas habilidades y sobre todo de la convicción de que mediante la práctica se pueden transformar realidades, me parece que es exquisita la experiencia que se adquiere al estar con otros, al interactuar con ellos, puesto que se aprende tanto en el plano profesional como el personal.
Sin duda los 10 puntos de cómo vencer el miedo son muy acertados, no sólo es importante tener el conocimiento de la materia, sino que se requieren otras habilidades y actitudes para poder desarrollar una buena labor de enseñanza.
Por último, me parece muy loable que conceptualicen así el papel del profesor, no sólo como ese personaje que es depositario de conocimientos, sino también aquel ser humano con capacidad de reflexión y preocupación por los educandos y su proceso de aprendizaje, muy buen artículo.
smoll73 says
Gracias Yesenis. Celebro que te haya gustado el artículo. Un saludo
Romualdo says
Me fascina leer tus artículos. ¡Muchas gracias!
smoll73 says
A ti por leerlos 😉
Silvia says
Me ha encantado el artículo porque me siento totalmente reflejada en ello, ya que yo actualmente voy así de atemorizada a trabajar cada día porque tengo alumnos de pcpi y hago todo mal según indicas, pero no soy capaz de pensar y concienciarme de hacerlo mejor porque no estoy autoconvencida ni esperanzada de que pueda cambiar nada. En fin que voy a acabar yo misma en un psicologo porque me esta afectando a mi vida personal demasiado. Gracias por todo Santiago
smoll73 says
Hay que trabajar el autoconcepto que tienes ahora de tu profesión. Es el punto de partida para valorarte por tu entrega y dedicación. Mis mejores deseos 😉
Naiara says
Hola, es el tercer año que trabajo como profesora de primaria. El primer año fue genial, siempre he conectado muy bien con los niños, soy muy alegre y el tiempo con ellos se me pasa volando.
Este año, comence muy agusto con los compañeros de trabajo, los niños, los padres…El tiempo se me pasaba volando y los padres me felicitaban porque los alumnos habian mejorado mucho conmigo y estaban muy contentos y motibados. Los compañeros tambien comentaban que estaban mucho mejor porque antes era una clase muy mobida.
El caso es que en la reunion de diciembre, un padre me dijo que era el amigo del jefe de estudios y que este le habia dicho que habia entrado un par de veces en mi clase y que los niños estaban mobidos y que con la anterior profesora (que yo estaba sustituyendo) no pasaba eso. Yo me quede alucinada y le dije que no creia que le hubiese dicho eso puesto que a mi no me habian comentado nada.
La cosa es que me quede alucinada y decepcionada porque yo siempre doy todo de mi y todos estaban encantados, los padres alumnos y yo y no comprendia como podia aberle dixo eso el jefe de estudios si no era verdad.
En vez de ir y preguntarle a ver si era cierto lo que me habian dicho, como estaba decepcionada no pude preguntarle nada puesto que estaba dolida y ese fue mi gran error, puesto que conforme pasaba el tiempo de daba cuenta de que me estaba afectando cada vez mas.llego un dia ke no podia ir puesto que no paraba de llorar.
Estuve una semana de baja y volvi. Hable con el para explicarle lo ocurrido y le pregunte si habia dixo eso. El dijo que le comento al padre porque era su amigo y como el hijo iba a mi klase, le dijo ke estaban un poko mobidos pero ke no izo ninguna comparacion con la otra profesora. El se intento escusar y le conto lo ocurrido a la directora para sentirse mas protegido y tanbien al padre.El caso es que no me entra en la cabeza como pudo decirle a un padre eso siendo mentira, cuando el padre no trnia ni una queja.y yo si el problema fue lo ke el dijo yo able con el pero no entiendo komo le conto a la directora y para que puesto ke era algo ke el izo ycon lo ke me kosto hablar con el y luego el lo cuenta pues yo me sentia desprotegida.el estar asi durante tanto tiempo, el no entrnder xk me sucedio a mi, me a afectado y despues de cuatro meses de ir a la escuela ya no podia mas y me dieron baja por ansiedad puesto ke perdi la confianza en mi misma, no dormia y tenia miedo a acer algo mal, lo queria todo perfecto y ya no podia mas estar asi.
Ahora tengo miedo de no volver a ser la misma y no poder ejercer. Voy a ir al psicologo pero nose si lo podre superar o estare de miedo. U n saludo
smoll73 says
Gracias por tu comentario Naiara. Mis mejores deseos 😉
Maria says
Con todo respeto dos cosas:
1. Un inconveniente no debe desanimarnos, al contrario, debe motivarnos a demostrar que somos mejores de lo que puedan pensar.
2. Por favor, eres docente, revisa tu redacción y ortografía. Es un punto muy importante. Yo sé que al escribir en el computador podemos cometer errores, pero es bueno revisarlos.
smoll73 says
Gracias María por tus observaciones. Tomo nota. 😉
Mónica says
Coincido con María. 🙁
Karen says
Cada persona pasa por diferentes experiencias en la vida, y que bueno que ustedes son super optimistas y hacen de algo malo, lo mejor del mundo, por eso les va super bien en sus vidas, pero habemos algunas que si tenemos problemas y si nos afectan las cosas y necesitamos ayuda o experiencias que nos motiven a seguir adelante, así que no pueden juzgar por ese hecho. ( esto es para Maria )
sebastian says
Un trabajo bastante inspirador y se refleja que hay una base vocacional a la hora de expresar el como se afrontan y resuelven los problemas
Patricia says
Hola, acabo de entrar en este blog y me ha gustado mucho. Encuentro interesante los comentarios. Escribo porque me quede con una mala vibración con la crítica de María a la carta de Naiara. Pienso que hay que entenderla en su contexto, que nos está contando una situación muy difícil vivida por ella, que le sale del corazón a tal grado que nos confiesa que necesitará ayuda profesional para superarlo. Entonces que más da si escribe mal algunas palabras, se debe entender que está nerviosa y que lo que importa es el contenido que ha querido compartir.
Felicitaciones por este blog.
Patricia.
Santiago says
Muchas gracias Patricia por tan sentidas palabras que tanto ayudan a seguir dando lo mejor de uno. Un saludo desde Menorca 😉
Mónica says
Adhiero al comentario de María, nuevamente. Somos trabajadores de la Educación. No podemos estar escribiendo sin signos de puntuación entre otras cosas y suplantando letras como hacen los jóvenes por mensaje de txt. Lamento si se toma distorcionado, pero diciéndole que todo está bien, no será de ayuda para ella.
mariela says
muy interesantes los artículos, saludos desde Agentina
Santiago says
Gracias Mariela
Liz says
Hola… No sé si vayas a leer mi comentario porque el artículo no es reciente, pero haré el intento.
Soy de México y estudio el último año de la Normal para maestros. Mañana comienzo mi segunda Jornada de Práctica en una secundaria y he leído este artículo en busca de consuelo porque tengo muchísimo miedo. Me pone nerviosa regresar, me pone mal pensar en la posibilidad de que mi grupo se descontrole y me rebase con su indisciplina y me aterra pensar que sentiré este miedo todos los días cuando ser maestra sea mi trabajo. He dado clases antes, y me siento contenta cuando me va bien, pero si tengo un mal día o mis alumnos se portan mal y no puedo controlarlos, toda mi seguridad se derrumba… No sé cómo controlar esos sentimientos… ¿alguna vez te sentiste así?, ¿será que algún día logre superar estos miedos? 🙁
Santiago says
Gracias Liz. Todo hemos sentido algo de miedo en algún momento. A mí también me ha pasado. ¡Caro que sí! De ahí que sea tan importante la preparación previa no sólo del contenido, sino una preparación personal. Mis mejores deseos y mucho ánimo
Dani says
hola, cuento mi experiencia, este año he empezado a trabajar como profesora de artes en secundaria. La verdad me siento muy mal, el grupo al que dicto dicho materia, no me tiene respeto, no hacen nada en clases, me desafían constantemente, y encima de todo esto que no hacen nada, que no entregan trabajos, se enojan por las notas que tienen (que son muy bajas).No sé que hacer estoy cansada, y me siento muy frustrada y con miedo. A causa de esto estoy concurriendo al psicólogo
Ivan says
Saludos. Muy buen articulo. Me causa ansiedad pensar no solo en conductas disruptivas. Tambien en conductas malintencionadas de los alumnos especialmente cuando son motivadas e incluso coaccionadas por los padres, con el proposito de lograr la destitucion de los profesores. Maxime cuando la direccion escolar no apoya al maestro, ni el sistema tampoco. No es de extrañar que deseen eliminar a un maestro honesto, integro y competente. Si la generacion de viboras crucifico’ al mejor de todos los maestros: Jesus.
Andrés says
Hola, (no se si lo leerás por la antigüedad de la entrada)
Este curso he empezado como profesor de inglés. La educación no es mi formación profesional pero la considero muy importante e interesante. En casa, mi padre, mi hermana y mi madre han hecho en algún momento u otro de docentes, por lo que trabajar de ello supone un reto y una motivación. Llevo dos meses y he encontrado grupos de todos los colores, sabores y como no podía ser de otra manera un grupo «conflictivo».
Mañana vuelvo a tener clase con ellos, llevo todo el día pensando en lo que haré (error que comentas) por lo que entré en internet, no en busca de una solución mágica, pero de alguna idea o consejo que pueda utilizar a partir de mañana para poder mejorar como persona y como educador.
Hasta hoy estuve convencido que el problema era el grupo, pero después de leer varias entradas de este blogg, primero quiero agradecerte por el tiempo que has dedicado a la redacción de textos tan inspiradores como este. Segundo, me doy cuenta que yo también tengo algo que ver en la manera como el grupo se comporta y por tanto tengo que cambiar algo para que todo mejore.
Gracias y ánimo a todos los compañeros que nos encontramos en esta situación.
Fabia Muñoz says
Es impresionante ver la cantidad de profesores que les pasa lo mismo. Después de hacer 8 años clases, quedé con serios problemas psicológicos. Tuve una mala experiencia con mi jefatura, ya que ellos no me tomaban en cuenta, no me dejaban hablar en clases. Ya no sabía qué hacer para entrar en sus corazones. Al final terminé renunciando al curso y al colegio. Ahora me siento tal cual como decían al comienzo, paralizada del miedo de volver a un colegio.
He pensado que esto no es para mi, que debo estudiar otra cosa que no implique tanto desgaste emocional.
No me veo toda la vida soportando a estudiantes que te faltan el respeto y que parecieran gozar con ello.
Pero a la vez, no se qué hacer con mi vida profesional…