He ejercido como profesor particular de los 18 a los 36 años. Han sido, por tanto, casi dos décadas en las que he ayudado a centenares de alumnos en distintas materias, principalmente las relacionadas con la lengua. Cuando di mi primera clase particular, sin duda no era consciente de la enorme responsabilidad que ello supone. De ahí que el artículo de hoy tenga la intención de ayudar a aquellas familias que por una razón u otra optan por que sus hijos reciban una refuerzo fuera del horario escolar. Los consejos de esta entrada se basan en mi experiencia y difícilmente pueden encajar en todo tipo de apoyo extraescolar, pero creo que puede ser un punto de partida que oriente a las familias para que den con el mejor profesor particular posible.
Imagen extraída de Shutterstock
Cómo elegir al mejor profesor particular para tus hijos.
1. Titulación. A la hora de elegir un profesor particular, muchas familias no se preocupan por saber la titulación de dicho profesor particular. A mí me parece un aspecto esencial y determinante para elegir al mejor profesional para tus hijos. Cuando me refiero a titulación, me refiero a una titulación mínima como puede ser un bachillerato, diplomatura o licenciatura. Por supuesto, no es lo mismo dar una clase de repaso a un niño de Primaria que a un universitario de último curso. De ahí que la elección de la titulación debe ir en consecuencia al curso que esté realizando tu hijo en ese momento y, a ser posible, a una especialidad afín.
2. Horario. Soy partidario de evitar los viernes por la tarde y los fines de semana. En cuanto a la hora, yo recomiendo que sea a primera hora de la tarde. De esta manera tus hijos pueden organizar mejor el resto del día y optimizar su tiempo.
3. Periodicidad. En cuanto a la periodicidad, defiendo la calidad por encima de la cantidad. Creo que dos sesiones a la semana es más que suficiente para llevar al día la o las materias que se quieran reforzar.
4. Tiempo de una sesión. En muchas ocasiones hay una idea prefijada de que las sesiones de un profesor particular deben durar una hora. Yo lo encuentro excesivo. Las clases de 45 minutos bien planificadas son para mí las más efectivas y productivas.
5. Deberes. Este es uno de los puntos clave que debes tener muy en cuenta a la hora de elegir un profesor particular para tus hijos. Hay que dejar muy claro que el tiempo que tus hijos están con el profesor particular no son para que hagan los deberes. Los deberes deben hacerlos en casa y de forma individual. El profesor particular debe ayudar a tus hijos en aquellos ejercicios o cuestiones que no hayan sabido resolver, debe enseñarles a estudiar, a repasar, a realizar esquemas… Ahí está la clave de una sesión de repaso productiva. ¿Por qué? Pues porque si tus hijos se pasan la clase haciendo los deberes, el papel del profesor particular es totalmente pasivo y no es eso precisamente lo que te interesa.
6. Correo electrónico. Este apartado viene ligado con el anterior. Para evitar que tus hijos se pasen el tiempo con el profesor particular haciendo los deberes, existen varias formas muy sencillas que permiten optimizar el tiempo de una clase de repaso. Es conveniente que tus hijos manden un correo electrónico, incluso un whatsapp al profesor particular especificando lo que les gustaría trabajar durante aquella sesión. De esta manera el profesor particular tiene tiempo para preparar un material específico que consolide ese contenido demandado por tus hijos. Si se hace así te puedo asegurar que la productividad de una clase de repaso es enorme y el beneficio que recibirán será considerablemente mayor.
7. Material. En función de la edad de tus hijos es muy común que por diversas razones se olviden del material que deben usar con el profesor particular fuera de casa. Es importante que, siempre que puedas, revises el material que necesitarán tus hijos para aquella sesión. Conviene repasar con tus hijos la agenda, libretas y libros de texto, planificación de pruebas y exámenes. Esto hará que cuando tus hijos reciban la clase de apoyo cuenten con el material preciso para llevar a cabo satisfactoriamente el refuerzo con el profesor particular.
8. Individual /grupo. Otro de los dilemas a los que se enfrentan las familias es la conveniencia o no de que los hijos reciban una clase individual o en grupo. La elección no es fácil y depende de muchos factores. Si tus hijos deciden ir a una clase de repaso para reforzar algún contenido durante el curso escolar, no hay inconveniente en que puedan ir en un grupo, siempre que este sea reducido. Si por el contrario, tus hijos deben recuperar alguna asignatura en verano, por ejemplo, yo soy partidario de que el profesor particular dé una clase individual o con otro alumno como máximo.
9. Profesor de área. Es importante que haya un feedback o retroalimentación entre el profesor particular y el profesor o profesores de área de tus hijos. Una buena comunicación entre profesor particular-profesor de área redundará muy positivamente en el rendimiento escolar de tus hijos, porque un aspecto muy a tener en cuenta es la metodología que debe seguir el profesor particular. Esta metodología debe ser la que el profesor de área realiza en clase. En asignaturas como matemáticas (regla de tres, protocolo para la resolución de problemas) o lengua (análisis sintáctico, resumen de un texto) es algo imprescindible.
10. Precio. Lo barato siempre sale caro. Esta máxima que aplico a mi vida, también la aplicaría a la selección de un profesor particular. Muchas veces el precio se convierte en el principal motivo de la elección y no debería ser así. Hay muchas variables para fijar el precio de una clase con un profesor particular, pero como he dicho anteriormente no debe ser la primera opción para la elección.
Sonia says
El precio lo impone el mercado y en las materias de ciencias de bachiller puede ser necesaria hora y media para abordar un problema (geometria o campos) de forma que sea trabajado y comprendido todo lo que implica.
La relación entre docentes es complicada en ocasiones; pues no ven al profesor particular como alguien que puede ayudar al alumno de distinta forma por el tiempo y el trato individual , sino como alguien sin conocimientos y que no es peor que ellos.
De hecho el alumno puede estar mal mirado si admite que va a clases particulares.
Como interina he oido a compañeros hablar de manera despectiva.
Ojalá esto cambie pues me parece maravilloso dar clase sea particular o no.
Airun says
Muy de acuerdo contigo Sònia, para el área de ciencias 45min en mi opinión no llegan.
Acabo de publicar un articulo sobre «Como ser profesor particular y no morir en el intento» sería genial si pudieses dejar tu opiniom también, que veo que eres del gremio!
Irene says
En algunos casos, la figura del profesor particular es beneficiosa para el alumno. Sin embargo, con frecuencia se encuentra a alumnos muy poco autónomos que no se esfuerzan lo suficiente en clase y que delegan sus responsabilidades en el profesor particular. Lo común es que hagan los deberes con el profesor, de forma que resuelven sus dudas con él, y no con el profesor de su área, por mucho empeño y medios (con los que a veces no se cuenta) que se pongan al alcance del alumno. En ocasiones las familias desautorizan al profesor de área ante el profesor particular. Discrepo en el punto en el que se dice que debe una comunicación fluida entre el profesor particular y el del área; es el alumno el que debe responsabilizarse de sus aprendizajes, y en reuniones trimestrales e individuales con los padres se explica qué metodología se está siguiendo. Al propio alumno se le plantea asequible qué se le pide y por qué. Los esfuerzos de coordinación docente deben dirigirse prioritariamente a los distintos compañeros de nivel, ciclo, área, PTs, ALs, comisiones y dirección (entre otros, como orientadores, EOEP…), y esto es a veces complicado. Estoy hablando de primaria y del programa bilingüe de la Comunidad de Madrid. En estos programas, que se organizan por cotutorías, el tiempo es un recurso muy escaso, el área de inglés no tiene refuerzo legalmente, por muy instrumental que sea, y los docentes se ven muy comprometidos por distintos motivos. Gracias por el blog, está muy bien que se planteen estos temas.
Santiago says
Gracias Irene. No siempre es fácil encontrar el equilibrio entre la ayuda y la autonomía del alumnos. Creo que existe un trabajo por delante tanto para el docente que imparte clases como para el alumno que recibe el apoyo. Esto es un trabajo de muchos y todos deben ir a la par para sacar el máximo beneficio de su rendimiento académico. Un cordial saludo
Irene says
Perdón, quería decir «debe haber una comunicación» y «se le plantea de forma asequible», tercera y quinta línea.
Manuel García says
Soy profesor particular de ciencias y trabajo con grupos reducidos en sesiones de hora y media procurando que el tiempo esté dedicado, sobre todo, a resolver dudas y a generar herramientas útiles para el desarrollo de las asignaturas. Lucho con las reticencias de algunos profesores y pienso que son debidas a que ponemos en evidencia sus carencias o su falta de motivación para la actividad docente.
Santiago Moll says
Gracias por tu valioso testimonio Manuel
Carla says
Buenas tardes. Soy docente desde hace mas de diez años y he venido ejerciendo paralelamente la profesion tanto en el ambito de la educacion media (o secundaria), la educacion universitaria y la educacion particular. Esta ultima es en la que primero me desempeñe, y sigo ejerciendola hasta hoy. Concretamente, 13 años con esto. ¿Por que me detengo en aclarar todas estas cosas? Por varias razones. Voy a tratar de resumirlas, enumerando algunos items:
1) Al menos en mi experiencia y en la de varios colegas, es MUY DIFICIL que haya un intercambio o feedback posible entre el profesor en contexto institucional y el profesor particular. Esto es asi en todos los niveles de enseñanza, y aunque existan excepciones, son REALMENTE muy pocas. ¿Por que? Las causas son muchas. Pero, poco mas o poco menos, si ya el dialogo entre el plantel docente de una escuela o de una facultad o departamento es escaso (cada profesor o catedra ocupandose de lo suyo y nada mas), menos viable es que exista intercambio puertas afuera de la institucion. Deberia haberlo, pero sencillamente ese feedback no existe.
2) Varios padres, o los propios alumnos en caso de tratarse de publico adulto, ven en el espacio de clases particulares un lugar donde hacer las tareas, trabajos o consignas que debieron resolver en sus clases ordinarias o en sus casas. Es asi como hay una representacion muy instalada (y por cierto, errada) de que se viene y se debe salir de clase «con el trabajo listo para entregar». En varios casos esta idea se puede revertir; pero en personas que ya vienen con el chip de «voy a pagar para sacarme de encima esta actividad» no alcanzan ni 45 minutos, ni 1 hora, ni 20 horas para hacerles entender que nuestra funcion no es ni que el alumno haga lo que no hizo en clase o casa, y mucho menos, que se lo hagamos nosotros. Muchos padres y alumnos incluso piden abiertamente esto ultimo, en momentos de desesperacion. Y cuando uno se los niega, no lo incorporan. Y continuan pidiendoselo a otros profesores particulares.
3) Justamente en relacion a 2), muchas veces no se concurre a clases para comprender algo que en las cursadas ordinarias no alcanzo, o que se vio, pero que el alumno necesite ayuda personalizada para afianzarlo. Muchas veces se acude el dia antes del examen (o cerca) estando en una situacion de desconocimiento grave o «abandono» respecto de la materia o area en cuestion. Se toma el espacio de clases como algo prescripto, como un medicamento cuando se esta enfermo. No como un ejercicio preventivo, cuando aparecen las dudas o dificultades antes de ser evaluados en instancias finales. Y es ahi donde aparece esa «desesperacion», de la que hablaba en 2).
4) Lo de los tiempos de clase es muy relativo. Coincido en que prioriza siempre la calidad por sobre la cantidad, de nada sirve «atiborrarse» de clases si no se comprende y procesa TAMBIEN en solitario. Pero ello va en funcion al tema visto, a su estructura, al tiempo con que el alumno se prepare, a la dinamica concreta que ese dia hay entre profesor- alumno (ej. Si el profesor y el alumno cuentan con disponibilidad horaria y el alumno esta pudiendo resolver un determinado ejercicio, es contraproducente «cortar» y «seguir otro dia», truncando el proceso), entre otros factores. A veces es conveniente que si se pauto un tiempo de clase y el alumno comprendio, no se quiera empezar un tema nuevo en 10 minutos. Lo mismo si el alumno requiere mas tiempo, a veces es preciso darselo en continuidad. Dependera de saber ver la dinamica el ser acertado o no con eso.
5) Lo de los precios y la cualificacion es TODO un tema. Al menos en Buenos Aires, donde ejerzo (pero no me sorprenderia que fuera similar en otros lugares) hay una abundancia tal de ofertas de clase a un costo irrisorio, con alcance a «todas las materias» y con personal de dudosa formacion que por desgracia produce al menos dos efectos: por un lado, que sea el lugar donde muchos acudan porque a la vez no se los advierte (los propios ex- alumnos de esos sitios a otros alumnos nuevos) del daño academico que producen. Y por otra parte, que su costo muy bajo «deprecie» nuestros honorarios: «Si fulanito cobra esto por 8 horas, por que voy a pagarlo por 2». Algunos colegas se ven, entonces, forzados a disminuir lo que cobran. Todo esto pasa porque reincidimos en el problema de valorar cantidad sobre calidad. Y de ver el hecho de solucionar un problema academico que necesita de trato personalizado como «un mal necesario y que me tiene que salir lo mas barato posible». Esta instalado socialmente. Asi como tambien esta instalado socialmente, en incidencia mayor, el valorar lo educativo por debajo de otras «prioridades». Lo educativo solo vuelve a trepar a los primeros rankings si es «util». Mas bien yo diria «utilitario».
Volviendo al punto de la enseñanza particular, si hubiese mas dimension sobre el daño que produce tomar clases, en cualquier nivel de estudios, con gente no profesional, no solo quienes padecieron las consecuencias lo darian a conocer sino que se redimensionaria el verdadero sentido de para que sirve y cuando se deberia tomar una clase particular.
Asimismo los items que señalo no se oponen a lo que se brinda en el articulo, que me parece por cierto muy valioso. Simplemente quiero con esto marcar algunos desafios pendientes que tenemos frente a los muchos que todavia no saben ni valoran el verdadero estatuto de las clases particulares.
Un saludo desde Argentina!
Elena says
Soy profesora de inglés y doy clases particulares de refuerzo y de preparación de exámenes de Cambridge. A menudo me han boicoteado las clases profesores de colégios e institutos desaconsejando a los padres que sus hijos recibieran clases particulares. No entiendo.. cuando ni me conocen ni saben mi titulación y esfuerzo por enmendar lo que ellos no supieron. Los que
Como yo se dedican a la enseñanza particular saben que, aparte de ganarnos el sueldo, nos satisface enormemente cuando un alumno remonta.