En el ámbito educativo se habla muy poco de la zona de confort, cuando debería tenerse muy en cuenta porque tu profesión, la profesión de docente, tiene una marcada tendencia a la comodidad, el conformismo, la rutina, el aburrimiento, etc. El sistema educativo actual está pensado para anestesiarte, para adormecerte, para que te establezcas definitivamente en tu zona de confort y no salgas nunca más de ella. ¿Y por qué debe ser así? ¿Por qué no arriesgarse a adquirir nuevos conocimientos, a cambiar de metodología, a cambiar nuestra visión y nuestro comportamiento? Y ahora me dirás, ¿cómo hago esto? Sigue leyendo este artículo y te daré alguna de las claves.