Cuando pienso en la palabra sintaxis me acuerdo de una profesora que tuve cuando iba al instituto. Esta profesora explicaba sintaxis. Aquel año recuerdo que la única asignatura que suspendía era la de Lengua Castellana y Literatura. Vaya panorama para un estudiante que quería estudiar la carrera de Filología Hispánica. Esta profesora explicaba sintaxis y yo intentaba escuchar atentamente sus explicaciones. Una vez había explicado, nos pedía que analizáramos un sinfín de oraciones. Yo la había escuchado y entendido, pero no tenía ni idea de cómo analizar sintácticamente una oración. Al final aprobé por los pelos en junio o, seguramente, fue la profesora que explicaba sintaxis la que me aprobó a mí.
Profesor, ¿para qué sirve la Sintaxis?
Pues vaya con la preguntita. Os confieso que desde que empecé mi carrera de docente en Secundaria creo que no ha habido un curso en que uno o varios alumnos no me hayan preguntado sobre la utilidad de la Sintaxis. La verdad es que las primeras veces que me preguntaron acerca de la utilidad de la Sintaxis, debo confesar que no supe muy bien qué responder. Pero de lo que me di cuenta en seguida era de que mis alumnos eran incapaces de ver en la Sintaxis ninguna utilidad. Lo cierto es que si en algo creo que he mejorado mis clases, independientemente del uso de las Nuevas Tecnologías, ha sido en el esfuerzo por trasladar los contenidos curriculares a la vida real, a las situaciones cotidianas a las que los alumnos se enfrentan todos los días a todas horas.