Muchos de mis artículos se refieren a la relación de los docentes con los alumnos. En la entrada de hoy no hablaré de alumnos, sino de compañeros de profesión, de docentes y, concretamente, de los que considero docentes tóxicos. Se trata de un tipo de docente que inevitablemente está presente en todos los claustros, en mayor o menor medida. Personalmente, creo que es importante que sepamos detectarlos porque pueden ejercer una influencia negativa en nosotros, así como en el resto de la comunidad educativa. No negaré que las cualidades o, en su caso, defectos del docente tóxico están implícitas muchas veces en el propio sistema educativo y en el modo de proceder de los centros. Pero de lo que no tengo ninguna duda es que hay docentes que suman y docentes que restan. A los que restan yo les denomino docentes tóxicos.
Imagen extraída de Shuttershock
En este artículo quiero dar mi visión de lo que entiendo por un docente tóxico con la intención de que cada uno de vosotros seáis capaces de detectarlos.
El docente tóxico es aquel que…
1. Dice que Siempre se ha hecho así. Odio oír esta frase. Lamentablemente se trata de una frase muy repetida y común en determinados docentes. Creo que transmite una idea de la Educación muy equivocada, ya que fomenta el inmovilismo y la falta de innovación. Siempre desconfío de las personas que pronuncian esta frase cuando se les hace algún tipo de propuesta. Suelen ser docentes que llevan largo tiempo en un mismo centro educativo y desempeñando una mima labor. Con esto no quiero decir que lo que funciona en un centro deba cambiarse. Simplemente digo que hay que tener la visión de que incluso aquello que fusiona, tal vez es posible que funcione incluso mejor, y aquello que no funciona, tal vez es conveniente sustituirlo por algo que creamos que puede ser mejor.
2. Propone, pero no dispone. El docente tóxico suele ser muy dado a realizar propuestas, pero a pedir a otros compañeros que las lleven a cabo. Se trata de un tipo de docente que al principio da un paso adelante para, a continuación, dar dos pasos atrás. Reconozco que en algunos momentos me he dejado llevar por esta mala praxis. Se trata de un docente de palabra y de escasa acción. No suele ser consciente del trabajo implícito que supone una propuesta, por acertada que sea. Al respecto, suele ser muy común en los claustros y reuniones de equipos docentes. También es muy frecuente en sesiones asamblearias.
3. Explica mucho y enseña poco. El docente tóxico entiende la Educación como una mera transmisión de conocimientos. Es un profesor que explica de forma unidireccional. Puede ser que explique bien, pero no enseña. Puede que sea un buen especialista en la materia que imparte, pero le falta pedagogía a la hora de afrontar una sesión lectiva. Se trata de un docente que se preocupa por hacer una buena clase, pero no invierte el mismo tiempo en pensar cómo podrá enseñar aquello que sabe para que llegue a todos sus alumnos.
4. No mira a los ojos de la gente. El docente tóxico no mira a los ojos de la gente. Es un docente que se relaciona poco y mal con sus compañeros, bien porque no le interesa, bien porque lo concibe como una pérdida de tiempo. Se trata de un docente que no le da importancia a las relaciones interpersonales, que tiene poca empatía. Además de ser un docente tóxico, es un docente invisible. Se trata de un compañero que vive su trabajo de una forma tangencial, que no se compromete con nada ni con nadie, que rehuye cualquier tipo de responsabilidad, que intenta pasar lo más desapercibido posible, que no no se sabe el nombre de todos los compañeros del claustro, que..
5. Oye, pero no escucha. En el artículo titulado 5 consejos para aumentar la empatía con tus alumnos ya hablé de la distinción entre oír y escuchar. El docente tóxico tiene la manía de no escuchar a los que le rodean, entre otras muchas cosas porque tiene el convencimiento de que poco o nada aprenderá de estos. Es un docente al que mientras le hablas, sabes que tiene el pensamiento en otro sitio, sabe que aquello que le estás diciendo poco a nada le importa.
6. La culpa la tiene… El docente tóxico es aquel que cree que todos tienen la culpa, excepto él. Culpa a sus alumnos porque no le entienden, culpa a equipo directivo por su gestión, culpa a la administración por el sistema educativo, culpa a los padres por cómo educan a sus hijos, culpa a… El docente tóxico carece de la perspectiva para creer que muchos de los cambios y mejoras deben empezar por uno mismo. El docente tóxico culpa, pero no se interroga a sí mismo. Personalmente, es un tipo de docente que ejerce una influencia muy negativa en los claustros, ya que su visión de la Educación puede resultar muy contagiosa. Además se trata de un docente con el que es difícil establecer un diálogo, ya que parte de una visión muy cerrada de lo que entiende como Educación.
7. Es funcionario, luego docente. El docente tóxico es un docente de profesión, pero no de vocación. No digo que esto sea negativo, pero lo cierto es que plantearse una vida laboral en una profesión tan exigente como la nuestra requiere en cierto modo una cierta actitud vocacional. El docente tóxico sabe que vive de su trabajo, pero también tiene claro que no vive por su trabajo. Creo que a la larga acaba siendo perjudicial tanto para este docente, como para el resto de sus compañeros.
8. Confunde lo personal con lo profesional. El docente tóxico comete el error de no diferenciar lo personal de lo profesional. Se trata de un tipo de docente que sabe mucho sobre los demás, pero que nos es capaz de gestionar esta información de una manera adecuada. Es un docente que habla poco y pregunta mucho. Hay que ir con cuidado con este tipo de compañero porque no siempre es capaz de de diferenciar entre una confidencia y una exclusiva.
9. No crea, copia. El docente tóxico tiene una gran capacidad para apropiarse de lo que no es suyo. Se trata de un compañero que invierte más tiempo en mirar lo que hace el resto de sus compañeros que no de proponer para sus compañeros. Personalmente es un docente al que me gusta tener lejos, porque no tiene el más mínimo interés en aprender.
10. Colabora, no coopera. El docente tóxico no tiene por qué ser poco trabajador. En Educación, existe una gran confusión entre lo que se entiende por colaborar y lo que se entiende por cooperar. En este sentido recomiendo la lectura del artículo Colaborar vs. Cooperar en el aula. El docente tóxico prima la colaboración por encima de la cooperación, o lo que es lo mismo, prima la homogeneidad sobre la heterogeneidad, tiende a excluir en lugar de incluir, prefiere trabajar con y no trabajar por, prima el esfuerzo individual en vez de la ayuda mutua.
Como he dicho al principio del artículo, hay compañeros que suman y compañeros que restan. En nuestro caso, no podemos elegir a los compañeros que trabajarán con nosotros. Pero creo que sí debemos ser capaces de dar ejemplo a todos aquellos que comparten el claustro al que pertenecemos. Ser un docente tóxico está al alcance de todos. De lo que se trata es de aprender a detectarlos y ser un ejemplo para ellos y para nosotros mismos. Como yo, estoy seguro que muchos de vosotros al haber leído este artículo os habréis sentido identificados con algunos de los rasgos a los que me he referido al hablar de lo que considero como un docente tóxico. Si es así te doy mi más sincera felicitación, porque, para cambiar, primero debemos reconocer aquello que no funciona en nosotros mismos y tener el convencimiento y la determinación de transformado y de ser un ejemplo que inspire a los demás también a su transformación.
Eres un docente tóxico si paralizas a los estudiantes con discursos destructivos del tipo «Lo tuyo no es esto».
Totalmente de acuerdo.
Muy bueno el artículo, realmente pienso que el decir que en algún momento no te sientes identificado con los casos planteados te identifica como un docente tóxico porqué. Aqui en Venezuela el sistema no jerarquizada la función docente por el trabajo imnovador del docente de campo sino por el desempeño político que lo identifica, por lo que el llamado docente tóxico al que hace mencion en este artículo lo. Tememo ocupando los cargos de mayor jerarquía en el sistema y siempre esta experimentando con nuestros docentes de campo que enfrenta dia a dia los cambios sin ningún cambio que ayude a ser de mejor calidad, sin embargo seguimos luchando contra la toxicidad del sistema educativo político que agobia el sistema educativo social a la cual nos debemos. Gracias
Muy buen artículo, así hay muchos en mi escuela……
Gracias Zory. Un saludo
Buen artículo, en algún momento reconozco que soy un docente tóxico, gracias por compartir artículos que nos invitan a la reflexión y a la mejora de nuestra práctica docente.Dios lo bendiga.
Gracias Yolanda
El artículo es bueno, y he sacado lo mejor de esta lectura, y agradezco a este grupo o persona que ha pasado este proceso para hablar de sus experiencias, ya que hablar desde el corazón es más importante que hablar de lo supuesto. Si has abierto tu corazón al escribir este documento estoy feliz de tus logros por medio de tus cambios personales. Motivación no es lo mismo que decirle al grupo vayan adelante, yo los sigo. Motivación 3s estar junto al que necesita la ayuda.
Hoy un profesor me dijo que mi participacion en clase era nula….,me senti muy mal.-
Un desafortunado comentario sin duda Karina. Mucho ánimo
Completito y mascadito! Gracias.
Gracias a ti Charo. Un saludo
Pues justo esto de «esto no es lo tuyo» se lo oí decirme a la inspectora pedagógica que me tenía que evaluar a mí profe principiante en Francia, me chocó porque todo el año me repetía lo contrario y se lo decía tb a mis alumnos, para animarlos «no se puede ser malo en todo». De todo lo que dices del profe tóxico no me reconozco en nada, luego digo yo que tan tóxica no seré, no por eso no me cuesta aun hacer clases interesantes, dinámicas, motivantes, estoy pendiente al máximo de cada alumno, buena voluntad no me falta, pero aun me falta imponerme lo suficiente y ser más constante para que mis alumnos no pierdan el interés o la confianza en mí. Pues a punto estoy de ser despedida a pesar de mi mejor voluntad, entonces añadiré a tu lista que también es tóxico el profe veterano que domina el oficio y en lugar de confiar en sus compañeros principiantes torpes y en dificultad los critica sin recordar sus propios a menudo cojos principios.
Muchas gracias por tu comentario Anabelbel. No puedo empezar de otra manera que no sea lamentando el hecho de que pese a tu esfuerzo y dedicación, no se te valore tu trabajo debidamente. Con respecto a tu comentario, sólo decir que acepto tus críticas. Aún así, si lees con detenimiento el artículo en ningún momento se relaciona la «toxicidad» de un docente con el hecho de que tenga poca experiencia. Además, en algunos de los aspectos que destaco del docente tóxico me doy por aludido y así pongo de manifiesto en el artículo. Sólo me resta desearte lo mejor y que tu esfuerzo y tu dedicación tarde o temprano se refleje en el éxito profesional. Un cordial saludo.
Cierto, creo que aprender com mucho esfuerzo y fallos sería normal. Pero las zancadillas de compañeros o el hablar a espaldas del interesado no ayuda nada ni al docente ni a los alumnos.
esos si que son tóxicos….
La policía de la educación, bravo.
Gracias Nacho.
Mi impresión ha sido siempre que todo esto es potenciado por un sistema educativo público que carece de mecanismos de control sobre los empleados. Todos los trabajos necesitan una supervisión, de lo contrario muchos trabajadores se acomodan paulatinamente. He trabajado en la escuela publica italiana , catalana y valenciana y he encontrado alguna diferencia, sin dejar de reconocer sus carencias, en la escuela publica italiana el cargo de director es jerárquico, posee más autoridad que aquí. Por tanto el buen ejercicio de la docencia no depende solo de la buena voluntad del docente, no solo por preparar su trabajo sino por actualizarse y renovarse constantemente. Cuando llego ha un centro por primera vez (soy interino y por desgracia experto en el cortoplacismo ) y escucho a compañeros que a las primeras de cambio te sueltan que ellos tienen 30 años de experiencia,inmediatamente lo traduzco a 30 años de experiencia en hacer cada año lo mismo. Vivimos en un país donde la política se ha interesado más por el control del sistema educativo que por su funcionamiento interno y ha creado un sistema viciado en el que cada uno desarrolla su trabajo como le viene en gana. En el que se ha creado una clase docente acomodada y aún así instalada constantemente en la queja y en el individualismo absoluto. Sin capacidad ni espíritu colectivo, corporativo o gremial, como queráis llamarlo. Que dedica su tiempo y energía en los claustros a recelos y rencillas personales. Solo poner un ejemplo, en el ultimo centro en el que trabajé antes de ser víctima del ERE encubierto que la administración ha llevado a cabo, solo el 23% del profesorado participó de las huelgas. Saludos
Muchas Gracias por tu comentario. Lo cierto es que vivimos unos tiempos iniertos. Es por ello que me parece fundamental reflexionar sobre los aspectos que en nada mejoran nuestra labor docente. Un cordial saludo y gracias por interactuar con el blog.
No creo que sea cuestión de pública o privada. Conozco ambos sectores. Y en el mundo de la privada se vendre mucha excelencia del profesor y mucha dedicación. Pero el papel del Propietario de la escuela les fuerza a ocultar muchos fallos y no plantear dudas o dificultades. Simplificaríamos si nos refiriéramos a la pública. Docentes hay en la pública y el la privada.
Muy simplista. El título es «aterrador». Pensar que hay compañeros «tóxicos» deja muy mal al autor de una reflexión tan extensa como simplista. Se entremezclan caracterizaciones personales que ni aportan ni dejan de aportar a la E-A. Es un lugar común -tal vez, un saco- de prejuicios. No me gustaría tener por compañero de trabajo alguien que piensa así de los demás docentes, pero nunca diría que es tóxico. De hecho, algunas de las reflexiones me parecen interesantes, aunque el fondo y el sentido, no.
Gracias por tu comentario Luis. En este blog todas las opiniones tienen cabida, sobre todo las críticas. Un cordial saludo
He aquí un docente tóxico…siempre ve lo negativo de los demás y no lo positivo…..respeto por los puntos de vista de los demás!
Tolerancia!
Creo que el artículo me uso a reflexionar en algunos puntos que, sin darme cuenta, he mostrado en mi trabajo u observado con alguno de mis compañeros. No creo que sea simplista, dado que es un artículo solamente, es decir, no es el objetivo ampliar el tema, sólo enlistar algunas características, y tampoco creo que señalar aspectos negativos, sean prejuicios, la única forma de aprender y mejorar es reflexionando sobre nuestros errores de acuerdo a nuestro contexto y ser mejores personas, tal vez, nos lleve a crecer como profesores y esto es un proceso de E-A. Gracias por el tiempo para leer mi comentario.
Un placer Laura. Cordiales saludos
¡Genial artículo! Estoy completamente de cuerdo y, como a tí, me matan un poquito cuando escucho estos comentarios de ciertos compañeros/as.
Si me permites, además de ser docentes que no son sinceros consigo mismos ni con los demás, añadiría que suelen ser los/as incitadores/as de rumores, malas vibraciones y quejas indiscriminadas hacia el resto de compañeros/as, muchas veces motivadas por un mero intento de justificar su práctica desinteresada o excusarse por no cooperar.
Por desgracia tenemos que sufrir muchas veces los correveidiles, los corrillos y los chismorreos simplemente porque hacemos cosas y estas personas no quieren formar parte o directamente te quieren desacreditar porque, como tú has dicho, no saben separar lo personal de lo profesional.
Ays… ¡Qué difícil es ésto!
Pero vaya, que hay esperanza. Es cuestión de estar por encima de todo.
Un saludo muy grande.
Gracias Berachan
Yo añadiría quizá a aquel que se queja constantemente de lo agobiados que estamos, que lo mal que les ha tratado el equipo directivo en el pasado, de lo mal que está gestionado el centro…
Se quejan, se quejan, dan vueltas y hablan mucho pero no hacen nada.
Siempre habrá cosas a mejorar, pero estamos en el colegio para trabajar y dar lo mejor de nosotros mismos. Puesto que la lucha, nuestra propia actitud, también se transmite a nuestros alumnos.
Hay que cambiar nuestra forma de posicionarnos. Centrarnos en el pasado, recrearnos en aquello que ha ido o va mal, no nos deja avanzar.
Por otra parte también hay que destacar a aquel compañero que va de «que trabaja mucho», «que sus niños son los mejores»… Aquellos que presumen y «venden» como buenísimo un producto que en realidad no es.
Personalmente nunca he sido buena en el marketing, pero sí en llegar al corazón de los niños. Eso puede no verse exteriormente pero quedará para siempre en su recuerdo y aprendizaje posterior.
Un docente tóxico es aquel vago y envidioso. Con falta de autoestima. Que necesita pisar al compañero para sentirse superior y mejor.
Un docente tóxico es aquel que no cuida los sentimientos y confianza de sus alumnos. Aquel que se centra en «los mejores» y abandona a aquellos que más lo necesitan.
Son aquellos que hacen daño a los que somos más sensibles y acaban por crear un agujero en la comunicación y proyectos de futuro del centro.
Muchas gracias por tu estupenda aportación Carolina 😉
Me parece muy acertada la denominación de docente tóxico. Los que no nos dedicamos a la enseñanza, solo somos alumnos o padres de alumnos también los distinguimos, pero ¿como luchar contra esto?. Si tu misión es transmitir conocimiento y no lo consigues, deberías plantearte si escogiste el trabajo adecuado. En estos momentos lo estoy sufriendo.Tengo una hija de 13 años (1ºESO), acabó 6º con MH en Inglés, y PET, Pass with Merit. La profesora de inglés de 1º de ESO la ha suspendido los dos trimestres porque dice que es una alumna que no participa. Es bien sabido por todos sus profesores que es una alumna tímida, que en estos momentos está llena de complejos y adolescencia.Esta señora ha convertido la clase de inglés en una clase de arte dramático, lo peor que le puede suceder a un alumno así. El sistema de puntuación que emplea consiste: da puntos positivos por participar en clase, de la nota del examen escrito que realiza cada alumno resta la diferencia de puntos positivos a los del alumno que mayor numero de puntos ha conseguido y según el computo es la nota que se obtiene. Mi hija resta en negativo. Aunque consiga un 10, no superará nunca este examen. He de decir que se encuentra en un grupo de excelencia y que en su clase solo hay 14 alumnos, además tiene ayudante. Los chavales no son tontos, mi hija me comenta que oye las criticas que hace sobre ella a su ayudante , que habla en clase por el móvil con su familia contándoles la comida del día.
Con ese método de clase, si es verdad que los más extrovertidos y menos trabajadores parece que se benefician, no importa haber hecho los deberes completos o ningún deber si sabes que con levantar la mano y contestar a una pregunta o aprendiéndote unos diálogos para una obra de teatro o una canción, la profesora se va a quedar tan agusto y tu con un punto positivo, planazo. Mi hija se comunica a diario con amigas americanas e inglesas, se ríen porque no creen posible que ella suspenda inglés. Y yo me pregunto: ¿Ha olvidado mi hija lo ya aprendido?¿Quien tiene razón University of Cambridge Esol Examinations o la maruja limón que tiene por profesora?. Solo sé que una niña tímida y acomplejada le cuesta ir a la clase de inglés y es infeliz. Si tienes alguna sugerencia me encantaría recibirla. Que profes como tu nos llenen las aulas.
Muchas gracias Mª José. Se hace difícil juzgar tu situación. Aún así creo que estás en pleno derecho a decir lo que piensas. Hay que enseñar desde la sonrisa y no desde el miedo.
Gracias por tus escritos me ayudan a engrandecer mi labor como docente y maestro…agregaría el docente que no ve más allá de sus estudiantes …el que no se preocupa por que un niño o niña llega con sueño o de mal genio o agresivo
Muchas gracias Pía.
Muy acertado tu post. La verdad es que en educación todos los profesores hemos conocido alguno y no guardamos grandes recuerdos nostálgicos de este tipo de «compañeros».Ocurre que al final se aislan y se obvian porque van en contra del germen de la educación y la escuela que formamos todos.Felicidades por tus aportaciones.Un saludo desde este naciente rinconcito dedicado a la educación: http://www.mochilatic.com
Muy agradecido. Un cordial saludo.
Soy estudiante de educación y aunque no estoy en servicio todavía, detesto tambien el punto n°i y el n°6. Debe ser horrible trabajar con esta clase de docentes.La culpa es de los que dirijen nuestro sistema educativo.No cambios, siempre igual. te felicito y sigue adelante con tus articulos son buenísimos. saludos desde Panamá.VIELKA.
Gracias Velka
Excelente articulo, talvez falta el adulador, hablador que manipula con su actitud y se vale de ello para acabar con un excelente docente, pero no sabe investigar, no tiene metodología en la enseñanza, pretende querer estar a costa de lo que fuere para que lo miren como el mejor, siendo una imagen falsa en todo su contenido.Para colmo le creen y al parecer gana.
Bueno. Partes de la idea que las directivas, los directivos, los claustros son positivos y son los individuos los que podemos aportar y cambiar la atmósfera. Mi experiencia es que me han fastidiado mucho y ahora tan sólo pienso en positivo, actúo en positivo con mis alumnos y compañeros que quieran aportar algo y trabajo con ilusión, iniciativa, perseverancia, plan, realismo y análisis de resultados para seguir mejorando digan lo que digan, piensen lo que piensen y me hagan lo que me hagan. Podría contar tanto pero con una me basta: conseguí que mi instituto fuera uno delos veinticuatro centros pilotos de la primera convocatoria de un proyecto para conocer y reflexionar sobre la nanotecnología. Al Director se le olvidó mencionarlo cuando nombró los proyectos del centro en el claustro final de aquel curso. Yo lo recordé. Hay equipos directivos que no quieren gestionar los recursos humanos de forma distinta a cómo lo hacen.
Soy docente vocacional y mi larga experiencia profesional me ha llevado a trabajar en equipo con este tipo de profesor, una minoría aislada por si misma.Lo importante es reflexionar cada día tu práctica docente, estar abierta a los cambios y educar a través de las emociones, no llenar de contenidos, sino enriquecer a cada uno en todos sus potenciales. Mi lucha ha sido larga, muchas veces frustrante, pero muy satisfactoria, pues veo mi propia evolución, nunca he perdido la ilusión por la enseñanza y cuando ocurra me iré….Pena me dan estos profesores, pues no disfrutar del trabajo, ya supone un gran castigo. Gracias a todos los docentes que enaltecen esta bella profesión de educar seres que cambiarán el mundo. Un saludo cordial.
Estimado: concuerdo con uno de los comentarios donde indica que hay un abordaje mas bien superficial del tema, po ello no es menos relevante. Solo Dos cosas que agregar: muchos docentes (y personas en general) reflejan sus conflictos internos en el trato, además hay una cantidad no menor de quienes por principio rechazan o boicotean a sus superiores sin argumento sostenible (entendiendo que algunos superiores demuestran preocupación y respeto por los docentes). Un saludo, buenos temas y buenas reflexiones. Gracias.
Magnífico artículo. Hasta llegué a pensar que sólo yo conocía compañeros así. Agregaría al compañero que asciende de puesto y sólo se dedica a decir «cuándo yo era docente…yo no tenía esos problemas…yo no permitía esto…o aquello…» De esta lista la que más detesto es la número 1.
Creo que todos los docentes hemos sido tóxicos alguna vez porque es una profesión en la que los estados de ánimo y los problemas personales pueden llegar a tener mucha influencia. Todos hemos pasado por malos momentos docentes 😉 Para mí los más tóxicos son los que son críticos con todo excepto consigo mismos.
Me ha gustado mucho tu reflexión Begona. La comparto totalmente. Un saludo
Yo nunca me puedo aprender los nombres de todos mis alumnos 🙁 es que manejo muchos grupos, pero por lo menos si me se el de unos 10 de cada salón.
También está el docente soberbio, que piensa que lo que hace él está siempre bien y lo que hacen los demás no valen nada. Gracias por tus artículos, me encantan y los comparto con mis compañeros.
Estimado Santiago: si lo que pretendes es provocativo o crear un ambiente de debate sobre definiciones educativas, puedo llegar a aceptarlo al tèrmino «tòxico», pero……no te parece demasiado agresivo?…….. sobe todo teniendo en cuenta que la mayoria no tiene conceptos claros sobre educaciòn, confunde educador con docente, es decir profesiòn con funciòn y en esa mayoria incluyo a las autoridades educativas.Abrazo
Gracias Juan. El artículo es una reflexión y una autocrítica hacia mi trabajo. Creo que de lo que se trata es de reflexionar sobre cómo ejerzo la profesión de docente. El artículo no pretende ser para nada ofensivo. Un cordial saludo y gracias por tu comentario y más por el tono del mismo. Otro abrazo para ti
Antes de nada mi gratitud infinita hacia los escasos docentes que enseñaron a vivir a mis hijos. Los docentes tóxicos deberían ser cesados. Infligen daño a sus alumnos, y todo en el mejor de los casos, como fruto de su ineptitud a la hora de adaptar su enseñanza a las peculiaridades de sus alumnos, señalando las características o síntomas de éstos como algo peyorativo, culpabilizándoles por ello. Si en una cadena de producción un obrero estropea accidentalmente o por ineptitud los productos, será cesado de inmediato. Pues estos señores, los docentes tóxixos digo, tienen entre sus manos nada menos que a críos formando su personalidad, su autoestima, queriendo superar sus dificultades y sobre todo, deseando sacar lo mejor de ellos mismos. Hay docentes tóxicos malos, quiero decir malas personas, que arrinconan, aislan, insultan, faltan el respeto y no enseñan a muchos de sus alumnos. Son esos a los que se les llena la boca con la excelencia, concepto cruel, ya que su esencia es comparativa.¿Con quién comparan a un alumno excelente ? ¿Con qué criterio? ¿Por qué son intocables estos señores/as? También alabo a todos los docentes que tienen que soportar como compañeros a esta gente
Gracias por tu aportación. Ojalá tus hijos tengan la suerte de tener a docentes capaces de inspirarles y prepararlos para un mejor futuro. Mis mejores deseos para ti y los tuyos. Santiago
Gracias Santiago, salud y libertad de pensamiento para TODAS
La entrada daría para jornadas, seminarios… pone en solfa el sistema educativo (desde En La Escuela lo vemos, no hay nada más que leer Historia de la Educación) . Aborda temas importantes (p. ej la vocación: ¿porqué un docente debe serlo por vocación?, nos conformaríamos con uno técnico que incorpore el conocimiento que se genera sobre la educación). Invita a la reflexión. Le felicitamos, pero, si nos permite, nos gustaría expresarle una opinión. ¿Porqué utilizar el adjetivo tóxico?. Nos parece un «adjetivo débil»: Creemos que usted es profesor de lengua, ¿cómo definir a la persona que se apropia de lo que no es suyo? ¿tóxica?, ¿cómo definir a la persona que oye pero no escucha? ¿tóxica?. Como metáfora del sistema educativo, del trabajo de los claustros…nos sigue pareciendo «débil». Apostemos por otro tipo de adjetivos. Coincidimos con el comentario de Salvador Martínez Pérez. Hemos padecido este tipo de docentes . Gracias por su reflexión incitante y sugerente. Si nos permite una pregunta nos despedimos con ella ¿cómo lo recibirán a usted el lunes sus compañer@s docentes?.Un saludo.
Gracias Maximino. Tomo cumplida nota de su apreciación. Un cordial saludo
En muchas de tus apreciaciones me siento identificada, con pesar por supuesto.
Es mi segundo año en primaria y me siento desahuciada, con un grupo de chicos de una problemática tan diversa que en conjunto conforman un clima intolerable hasta para ellos mismos. Realmente no he podido entusiasmarlos con ninguna temática en todo el curso.
El saldo de este año es un desgaste imponente y una gran desilusión hacia un trabajo en el que tenía puestas grandes expectativas.
No me creo menos responsable, no hay un día en el que haya dejado de preparar mis clases, en el que los materiales de trabajo no estuviesen presentes.
Sin embargo, sí me siento juzgada.
Mi superior me dice que no tengo confianza y no pierde oportunidad en criticar mis apreciaciones y decisiones, el resto del personal contempla.
Siento que las expectativas en el «buen docente» están tan altas que son cualidades casi innatas de unos pocos y no competencias a desarrollar.
Por mi parte, quisiera darme otra oportunidad porque he sudado sangre para llegar hasta aquí. Sin embargo me siento sin fuerzas. Me gustaría tu opinión sobre este tipo de experiencias.
Considero que la adición de situaciones puntuales son las que construyen a un docente «tóxico». En una institución vamos a encontrar todo tipo de compañeros, más allá de nuestras diferencias, lo importante es no categorizar o etiquetar.
Creo que también es tiempo de comenzar a cuidarnos entre nosotros.
Lamento tu situación Ambrosine. No es fácil salir a veces de determinadas dinámicas. Mis mejores deseos para ti. Un cordial saludo. Y, sobre todo, nunca dejes de sonreír
Me parece un excelente articulo, ya que mas allá de trabajar con nuestros alumnos, trabajamos en conjunto con nuestros colegas.
Algunos de ellos resultan muyyyyy…. tóxicos.Desde los que dicen» somos las más antiguas de la institución y las cosas se hacen a nuestra manera, a las que critican de manera poco constructiva las nuevas ideas para mejorar nuestra labor educativa.
Es difícil trabajar con docentes metidos en lo que no les compete, quejones, los que no saben separar lo profesional de lo personal entre otras cosas. Pero el amor a los niños/as hace que pueda sobrellevar mi labor , porque que me apasiona enseñar.
De los docentes tóxicos es difícil poder librarse, pero si, podemos seguir trabajando siendo más tolerantes al diferenciarlos y saber como trabajar con ellos a pesar de ser tóxicos!!!
Gracias Ruth. A fin de cuentas tú acabas decidiendo quién quieres a tu lado. Es mejor optar por aquellas personas que cada día te regalan una sonrisa.
Podría agregarse el docente que sostiene la «Epoca de Oro» como el mejor momento de su actividad laboral, donde todo (o casi todo) se hacía más bien por amor al arte, aunque se recibiera un salario.
Otro es el que se aprovecha descaradamente del trabajo de los demás y lo asume como logro peronal, incluso cuando dispone de un equipo a modo (becarios, servicio social, etc.).
Además está quien labora básicamente para acumular los puntos requeridos para acceder a un programa de estímulos mayor, al margen de que sus actividades reflejen los avances reales de sus estudiantes.
También existen docentes que menosprecian o ningunean el trabajo de su alumnado y sin embargo se lo apropian para «generar» sus publicacciones: ponencias, artículos, tesis, etcétera.
Igualmente hay docentes que «nadan de muertito», es decir, que acuden a la ley del menor esfuerzo para sobrevivir en las aulas.
Gracias Óscar por tu completa aportación
¡Cuántos me he encontrado en diferentes colegios! Y lo peor es aún cuando van de «gurís» pedagógicos, sueltan su «speech» en un claustro y se van porque «tienen algo que hacer» (esto lo viví yo). A mí me dan ganas de expedientarlos, directamente, por inacción, por delación de funciones…
Gracias por el artículo, un placer leerte
Gracias Alfonso por tu testimonio
Gracias a ti por su lectura Alfonso
Es importante saber quienes somos y que personas nos rodean. El articulo hace alusión a varios tipos de docentes que nos encontramos en el trabajo cotidiano. No me parece el rótulo de docentes toxicos, sino docentes conformistas, cansados de un sistema que ha veces sienten que no lo comprenden y sin fe en la hermosa tarea de la educación. Algunos no logran sortear la adversidad y otros son asi desde sus inicios. Todo depende de la vocación y el amor al prójimo.
Gracias por tu punto de vista Norma. Un saludo
Siempre una reflexion de otro docente es una luz. Los climas escolares institucionales «toxicos» o «nutritivos» tambien dependen de los docentes «toxicos» o «nutritivos», porque una institucion para trabajar con gusto y aprender para superarse depende de ello inclusive avivar la vocacion de docente. LO mas triste es cuando tú vas con ideas planes y ganas de ser un buen docente y te encuentras con ambientes donde hay que luchar contra corriente o callar o peor adecuarse y seguir la corriente…
Siempre hay algo nuevo por aprender. Gracias por estas enseñanzas.
Gracias a ti Carlos por su lectura
Es un docente tóxico aquel que pelotea al equipo directivo y se vende cómo el mejor para subir de puesto y cuando un alumno necesita de su ayuda o intervención se limpia las manos e ignora el problema queriendo hacer ver que ese problema le corresponde a otro solucionarlo.
¡Gracias Santiago!
Buena reflexión con la que estoy de acuerdo. Sigo tu blog desde hace 6 meses aproximadamente, por lo que no había visto esta entrada que hoy ya tiene más de un año y sigue siendo válida y de actualidad (por desgracia). La lectura de esta entrada, así como de sus comentarios, me suscita una pregunta (que a buen seguro no soy el único que la plantea):
La expresión: Docente, ¿se ha creado para tapar la diferencia entre Profesor y Maestro?
Gracias de nuevo, saludos.
Gracias Henry. La expresión docente tiene una finalidad aglutinadora. Un saludo
Docente tóxico o negativo porque se aprovecha de su situación para someter a los demás, influir negativamente en la práctica educativa o en intervenciones que no ayudan, más bien perjudican la cooperación entre docentes del plantel, no aporta, no innova, no inspira a otros docentes y a sus alumnos o en su caso a sus subordinados.
Santiago, gracias por compartir esto, estoy muy de acuerdo en tus notas. Saludos.
Francamente me parece un texto (porque no es reportaje, es una opinion) bastante repetitivo e ingenuo. Todos sabemos esto, está mas claro que el agua, y me parece abusivo llamar «toxico» a algo que simplemente te ha tocado ver y no has sabido apreciar. En primer lugar tienes que entender que no existen profesores perfectos como no hay personas perfectas. Creo que no lo has comprendido o has tenido pesimas experiencias. Veo claramente que a tus ojos, un profesor que comete cualquiera de estas minimas faltas para ti debe es alguien que destruye. En segundo lugar creo que es igual de erronea tu posicion. En lugar de exigir que todos cambien deberias enfocar este articulo a buscar la mejora y aprovechar las oportunidades que esos «errores» brindan. Por ejemplo, el que propone pero no actua. Y si propone algo bueno? Existen personas de ideas, no de acciones, asi como hay personas muy dispuestas pero sin un gramo de imaginacion. Aprender a que esas dos trabajen juntas es como vivimos en sociedad. Creo que debes pulir esta opinion mucho y quitar esa agresiva palabra… «toxico».
Gracias Francisco
Hola Santiago. Tema de controversia el que expones; pero, tienes razón, en las instituciones, de cualquier nivel, existen profesores, que aunque el término suene «agresivo», en verdad que afectan la moral de trabajo del colegiado. Desde mi particular punto de vista, y no es que las instituciones quieran tener profesores perfectos, utópica aspiración, pero si profesionales de la educación, no de la transmisión de datos, información o conocimiento, que sean capaces de trascender de sus objetivos particulares a los objetivos institucionales. Profesores autodidactas comprometidos con su rol, que aprendan de sus colegas y que disfruten de su gestión hasta el grado de evitar las conductas tóxicas que señalas, promover su personal crecimiento y evolución, y el de sus pares. Un gusto compartir contigo este espacio. Saludos desde San Luis Potosí, SLP, México.
Un cordial saludo José. Y gracias por tu aportación.
Una vez que terminas de escribir un artículo, es muy aconsejable volverlo a leer. Quizá así evites las faltas ortográficas. O no.
Por otro lado, casi todo lo que dices se puede decir del resto de profesiones del mundo, salvo lo del funcionariado.
Los que no son trabajadores públicos tienen la suerte de que sus compañeros tóxicos pueden ser despedidos, cosa que no pasa en la Educación.
Puede que se me eche encima una masa de educadores sedientos de sangre, pero creo que deberían haber más mecanismos dentro del funcionariado para expulsar a gente incompetente, vividora y tóxica. Así nos pondríamos más las pilas todos.
¡Gracias Eva! Un cordial saludo
¡Hola, Santiago!
Después de leer lo que has escrito te informo de que voy a ser más beligerante y quizás menos amable que el resto de comentarios que has leído, y dicho ya de paso, comentar que no comparto la gran mayoría de ellos.
En primer lugar creo que poner etiquetas a las personas partiendo de alguien que se dedica a enseñar no me parece lo más apropiado. Creo que las etiquetas mejor dejarlas para las tiendas o los supermercados.
Independientemente de que tengas razón en algunos puntos, la visión general de los aspectos que comentas de los compañeros que has tenido es bastante superficial y sesgada bajo mi punto de vista. Quizás hayas tenido mala suerte en los claustros por los que has pasado, yo la verdad que en el tiempo que llevo en la docencia pocos casos me he encontrado como los que manifiestas y en líneas generales se suma bastante más de lo que se resta. Y en caso de no ser así, para algo existen los equipos directivos y la inspección educativa.
A continuación voy a dar mi opinión punto por punto de lo que planteas como tóxico:
Punto 1:»Siempre se ha hecho así»: creo que lo que calificas como tóxico y poco innovador no son mas que personas inseguras que tienen miedo a los continuos cambios, que por otro lado no me parece nada extraño, ya que continuamente las administraciones están cambiando legislaciones y métodos provocando confusión entre el profesorado. Con formación y cooperación este punto es fácilmente corregible.
2. «Propone, pero no dispone»: Este es el único punto donde haces autocrítica y reconoces que en algunos momentos te has dejado llevar por esta mala praxis, con lo cual, no entiendo que si tu lo has hecho, critiques a los demás por lo mismo.
3. «Explica mucho y enseña poco»: en este punto estoy de acuerdo contigo pero este aspecto debe formar ya parte del pasado en la gran mayoría de los centros. Para ello también existen departamentos de promoción e innovación educativa y todos los docentes que conozco estamos recibiendo un plan de formación continua para reciclarnos y actualizarnos al respecto.
4. «No mira a los ojos de la gente»: Creo que es un «estereotipo» en toda regla. En todas las profesiones hay gente que se relaciona en mayor o menor medida con sus compañeros conforme a su personalidad. Entrar a valorar la forma de ser o el carácter de las personas cuando se trata de trabajo me parece fuera de lugar y no tiene nada que ver con la profesionalidad ni la vocación.
5. «Oye, pero no escucha»: Es de buena educación no solamente oír sino escuchar a los demás estoy de acuerdo, pero también pienso que este tipo de personas puede actuar de este modo por diferentes motivos, como por ejemplo para evitar discusiones sin sentido o debates estériles, con lo cual no me parece tóxico para nada. Todo depende del contexto y desde luego considero que has abordado este aspecto de una forma superficial y ambigua.
6. «La culpa la tiene»… En este punto creo que es el único que estoy totalmente de acuerdo contigo salvo en que la actitud de estas personas sea contagiosa para el resto. Creo que normalmente estas personas se estrellan solas sin llegar a contagiar al resto.
7. «Es funcionario, luego docente»: Sí es cierto que esta profesión exige vocación y el profesional que no tiene vocación lo pasa peor que el que sí la tiene, pero no comparto lo de «vivir para trabajar». Este tipo de adoctrinamiento me retrotrae a épocas medievales. Los docentes prestamos un servicio, pero una cosa es ser servicial y otra servil…
8. «Confunde lo personal con lo profesional»: Este aspecto que comentas me parece totalmente irrelevante. Todos creo que debemos ser lo suficientemente inteligentes para saber en quien debemos confiar y en quien no. Ocurre en todos los ámbitos de la vida y no lo veo extrapolable ni significativo con respecto al contenido general de tu publicación.
9. «No crea, copia»: En la vida existen personas más creativas que otras, eso es obvio…aprovecharse del trabajo de las personas mas creativas no está bien, pero con formación y trabajando en equipo, me parece otro aspecto fácilmente corregible.
10. «Colabora, no coopera» Cuando tenga más tiempo leeré el artículo ya que por el momento no tengo suficientes elementos de juicio para poder opinar.
Para finalizar, Santiago, quiero decirte que seguramente mis opiniones te parecerán excesivamente «corporativistas», pero creo que ya tenemos suficientes enemigos retos y obstáculos en nuestro camino diario como para también magnificar determinados vicios o prácticas que algunos docentes puedan tener con el calificativo de tóxicas y que creo que en la mayoría de los casos no son tan relevantes como tu has planteado. Creo que la crítica si es constructiva debe ser positiva, incluso partiendo de un compañero de profesión, pero no olvides que ya se encargan los políticos en particular y la sociedad en general de recordarnos constantemente lo vulnerables que podemos ser cuando no hacemos bien nuestro trabajo.
Un saludo.
Muchas gracias José por tan espléndido comentario. Me alegro mucho de que hayas reflexionado sobre él así como el tono usado en el mismo. Un cordial saludo.
¡Gracias a ti, Santiago! Te seguiré leyendo aunque pueda discrepar contigo lo cual siempre debe ser positivo, ya que la crítica y reflexión constructiva argumentada y realizada con respeto nos enriquece a todos.
Un saludo.
Quizá habría que empezar a preguntar a los alumnos el nivel de «toxicidad» al que están expuestos o como se sienten ante «determinadas» actuaciones docentes.
Muchas gracias por el post, esta fenomenal. Yo también me incluyo entre los que en algún momento soy tóxico.
Según lo iba leyendo me aparecían las caras de los «compañeros tóxicos».
Me ha recordado «al baile de los botarates» que aparece en el documental «Esperando a Superman». Un montón de tóxicos cambiando de lugar. Lástima
Excelente artículo, creo que yo en algún momento llego a ser «tóxica» .
Gracias, me encantó reconocerme y ahora a mejorar.
Excelente artículo, que cada docente reflexione de la labor que desempeña en la formación de los estudiantes, de personas que irán en la búsqueda de una transformación de sus vidas y después de la sociedad.
Yo creo que un docente tóxico es aquél que crea la categoría de «docente tóxico» para etiquetar a los que no piensan ni son tan pretendidamente innovadores com él. Tóxico y maniqueo, esto de clasificar a la gente por sus ideas y su manera de trabajar.
Docente tóxico es el que crea la etiqueta «docente tóxico» para machacar con ella, y con sus maniqueísmos, al disidente.
Hola, soy de Argentina. Muy buenos los artículos. Y…Docentes tóxicos abundan por estos lugares. Saludos.
Excelente artículo, lamentablemente en las aulas aun hay muchos docentes con estas características
Que buen articulo, me ha venido muy bien leerlo, he podido confirmar que si se trata de un maestro toxico, en momentos he llegado a pensar que incluso el debe hacer trasferencia conmigo, hace no mas de cuatro años tuve una enfermedad muy grave, por la cual como parte de la secuela, tuve que aprender a tomar otras tecnicas para poder aprender, este maestro el cual ya era mi profesor desde hace dos años antes de este accidente, ha sido en los siguientes cuatro años de lo mas cruel conmigo, en el momento de la enfermedad me encontraba en determinado año de la carrera, hoy he avanzado 3 años mas del año en el que me encontraba, he tenido limitaciones pero me he esforzado mucho, este año deberia recibirme, al dia de hoy las cosas han avanzado mucho, y me he desenamorado tanto de lo que estudio,que incluso he decido abandonar otras cosas que se relacionaban con esta, porque ya no soporto verlo, la carrera ha salido cara, y pienso en todo el esfuerzo que hecho, se que desafie a mis medicos para sobrevivir,y que me vengo superando aun mas todos los dias ,sin embargo, no todo fue alegría, más bien cómo yo misma reconosco fue algo traumático, y creo que este profesor ha convertido todo en algo aun mas dificil. A veces pienso que tengo que tener valor y demostrarle que puedo y que voy a poder y aunque le guste ,mas o menos a el, un dia voy a tener el titulo y me lo va a tener que firmar, supongo, si es que intento convencerme de no abandonar en este ultimo año.